Un grupo de gendarmes asistió a una bebé que se encontraba en una situación de asfixia y, gracias a la rápida intervención, se confirmó que la menor se encontraba en buen estado de salud.
El episodio ocurrió días atrás, cuando una patrulla de Gendarmería Nacional realizaba recorridas por la ciudad de Rosario. Al llegar al cruce de las calles Casilda y Liniers, los efectivos advirtieron la presencia de varios vecinos que solicitaban ayuda de manera urgente.
Los uniformados se acercaron al lugar y observaron a una mujer que sostenía en brazos a una niña de un año y seis meses, quien presentaba claros signos de asfixia.
De inmediato, los agentes tomaron a la bebé y comenzaron a aplicarle maniobras de primeros auxilios para desobstruir las vías respiratorias. A los pocos segundos, lograron que la menor expulsara saliva, lo que permitió que su respiración se normalizara.
Con la autorización de la madre, se dispuso el traslado de la niña al Hospital Carrasco, donde ingresó con diagnóstico de “paciente inestable con fiebre”, por lo que se recomendó su derivación a un centro médico especializado en pediatría.
En ese marco, se dirigieron al Sanatorio de Niños, ubicado en la intersección de Córdoba y Alvear, donde la pequeña fue derivada al Servicio de Neurología para la realización de estudios de mayor complejidad.
La bebé permaneció varias horas bajo observación médica y finalmente se confirmó que se encontraba fuera de peligro. Durante todo el proceso estuvo acompañada por su madre.

