La Fórmula 1 va cerrando el calendario deportivo, pero lejos de entrar en pausa, el paddock acelera en el terreno político, estructural y estratégico. Con el horizonte puesto en 2026, año que marcará un profundo cambio reglamentario en chasis y unidades de potencia, las novedades no se detienen y comienzan a delinear el mapa de poder que viene. En ese contexto, una de las informaciones que más ruido generó en los últimos días llega desde los Países Bajos. Según el diario De Telegraaf, Christian Horner estaría cada vez más cerca de desembarcar en Alpine F1 Team, en un movimiento que podría sacudir por completo la estructura de la escudería francesa.
Horner, Alpine y un cambio de tablero inesperado
El rumor indica que Horner ingresaría a Alpine no solo desde el rol deportivo, sino también comprando una base societaria que hoy pertenece a capitales estadounidenses. Entre esos inversores se destaca la figura del actor Ryan Reynolds, uno de los nombres más visibles del grupo que tomó participación en el equipo en los últimos años.
La idea que circula en el paddock es que Horner se asocie con Flavio Briatore, histórico dirigente de la Fórmula 1, para conducir un proyecto que seguiría bajo la órbita del grupo Renault, aunque con una redistribución accionaria y un nuevo esquema de poder. En este escenario, Horner asumiría el rol de team principal, una función en la que se convirtió en referencia absoluta durante su exitoso ciclo en Red Bull.
Desde el punto de vista político, el movimiento tendría lógica: Horner volvería a concentrarse en la gestión deportiva diaria, mientras que Briatore ocuparía un rol más ejecutivo y comercial. Para Alpine, significaría sumar liderazgo, experiencia y una figura con peso propio en la mesa grande de la Fórmula 1, justo en el momento en el que se redefine el futuro técnico del campeonato.
Alpine 2026: avances técnicos y señales positivas
Más allá de los rumores dirigenciales, Alpine también dio pasos importantes en el plano técnico. El equipo confirmó que el chasis del proyecto 2026 superó con éxito los crash tests de la FIA, una instancia clave en el desarrollo de cualquier monoplaza.
Estas pruebas de impacto certifican la resistencia estructural del auto ante accidentes y son fundamentales para garantizar la seguridad de los pilotos. Superarlas en tiempo y forma no solo es una buena noticia desde lo reglamentario, sino también una señal de que el proyecto avanza con bases sólidas, algo que Alpine necesita tras temporadas irregulares en rendimiento y resultados.

Verstappen y una decisión simbólica
Otra de las novedades que dejó este cierre de año tiene que ver con Max Verstappen. El neerlandés tomó una decisión cargada de simbolismo: dejar atrás definitivamente el 33, el número que lo acompañó en sus inicios, para competir con el 3.
Tras haber utilizado el 1 durante cuatro temporadas consecutivas como campeón del mundo, el cambio marca una nueva etapa en su carrera. No es solo una cuestión estética: en la Fórmula 1, los números también construyen identidad, y Verstappen parece decidido a iniciar un nuevo ciclo, incluso desde ese detalle.
Análisis: un 2026 que empieza a jugarse hoy
Lo que muestran estas noticias es que la Fórmula 1 2026 ya se está disputando fuera de la pista. Las alianzas dirigenciales, las decisiones técnicas tempranas y los gestos simbólicos de los grandes protagonistas forman parte de una misma lógica: llegar mejor preparados al cambio de era.
Si el desembarco de Horner en Alpine se concreta, el equipo francés podría dar un salto cualitativo inmediato en gestión y competitividad. Si no, al menos deja en claro que el mercado de poder está en movimiento y que nadie quiere quedar relegado.
Mientras tanto, los crash tests superados y las decisiones de pilotos como Verstappen confirman que, aunque el calendario baja la persiana, la Fórmula 1 nunca se detiene. El 2026 ya se corre, y se corre ahora.

