En un encuentro cargado de simbolismo y cercanía, el tenista italiano Jannik Sinner, actual número uno del mundo, fue recibido en el Vaticano por el papa León XIV, reconocido aficionado al tenis desde su juventud. La audiencia privada se desarrolló en las salas contiguas al Aula Pablo VI, y el ambiente fue distendido, con guiños humorísticos, obsequios simbólicos y una charla que combinó fe y deporte.
Sinner llegó acompañado por el presidente de la Federación Italiana de Tenis y Pádel (FITP), Angelo Binaghi, además de miembros de sus respectivas familias. El encuentro tuvo lugar en uno de los días de descanso del jugador en el marco del Masters 1000 de Roma, certamen en el que volvió a competir oficialmente tras su suspensión por doping positivo.
Durante la reunión, el campeón del Abierto de Australia 2025 y del último US Open sorprendió al Papa con una propuesta informal: “Si quiere, jugamos un poco”. León XIV, conocido por su buen humor y calidez, respondió entre risas: “Mejor aquí no, porque todo se rompe”.
Un Papa que ama el deporte y valora el tenis
No es un secreto el cariño del Papa por el deporte. En distintas ocasiones, León XIV expresó su pasión por el tenis, aunque también lamentó que sus responsabilidades como líder de la Iglesia le hayan impedido continuar practicándolo. Incluso, en una entrevista reciente, al ser consultado sobre su participación en un torneo benéfico, bromeó: “Podría… mientras no se traiga a Sinner”, jugando con el apellido del tenista, que en inglés significa “pecador”.
Durante el encuentro, Binaghi le obsequió al Sumo Pontífice réplicas de los trofeos de la Copa Davis y la Billie Jean King Cup, y lo invitó formalmente a presenciar partidos del Masters y WTA 1000 en Roma. León XIV mostró entusiasmo e interés en el nivel actual del circuito. “¿Ganaste anoche?”, le preguntó a Sinner. El jugador respondió: “Los tres primeros partidos fueron difíciles, pero seguimos adelante”.
El regreso de un número uno
Sinner, de 23 años y nacido en San Cándido, volvió a la competencia con una sólida actuación en el torneo romano. En octavos de final, venció al argentino Francisco Cerúndolo por 7-6 (2) y 6-3. Espera ahora al ganador del duelo entre Jaume Munar y Casper Ruud por un lugar en semifinales. El regreso del italiano fue celebrado con entusiasmo por el público local, que lo ovacionó en su debut ante Mariano Navone.
Antes del encuentro con el Papa, Sinner fue consultado por la prensa sobre la posibilidad de conocerlo. Fiel a su estilo reservado, respondió con humor: “¿Jugar con el Papa? No me metan en líos”. Tras el cara a cara, no ocultó su emoción: “Es increíble saber que al Papa le gusta el tenis. Para nosotros los jugadores, eso significa mucho”.