El Pentágono anunció este viernes el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande de la flota estadounidense, en aguas del Caribe con el objetivo de reforzar las operaciones contra el narcotráfico en América Latina. La decisión se produce en un momento de creciente tensión con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, tras una serie de ataques militares contra embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas.
El portavoz del Departamento de Defensa, Sean Parnell, informó en la red social X que la operación fue dispuesta por una directiva presidencial y tiene como propósito “desmantelar las Organizaciones Criminales Transnacionales (TCOs) y contrarrestar el narcoterrorismo en defensa de la patria”.
Según precisó Parnell, el refuerzo militar en el área de responsabilidad del Comando Sur (USSOUTHCOM) busca aumentar la capacidad estadounidense para detectar, monitorear e interrumpir actividades ilícitas que amenazan la seguridad nacional y la estabilidad del hemisferio occidental. Además, señaló que los nuevos recursos “complementarán las capacidades existentes para interrumpir el tráfico de narcóticos y degradar las redes criminales”.
El grupo de ataque del Gerald Ford se integrará al contingente desplegado por Washington en la región desde septiembre, que ya cuenta con tres buques anfibios, aviones F-35B, aeronaves de patrulla P-8 y drones MQ-9, operando desde una base en Puerto Rico, según la Secretaría de Defensa estadounidense.
En paralelo, el secretario de Defensa Pete Hegseth confirmó que tropas norteamericanas hundieron otra lancha en el Caribe la noche del jueves, presuntamente operada por el grupo criminal Tren de Aragua, con un saldo de seis muertos. “Si eres un narcoterrorista que trafica drogas en nuestro hemisferio, te trataremos igual que a Al Qaeda. De día o de noche, rastrearemos tus redes y las neutralizaremos”, escribió Hegseth en X.
La situación con Venezuela se agravó luego de que el presidente Donald Trump ordenara a la CIA ejecutar operaciones encubiertas en territorio venezolano, acusando a Maduro de liderar un cartel de drogas, algo que el mandatario bolivariano niega. En respuesta, el jueves Maduro anunció el despliegue de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) junto a fuerzas policiales y milicianos a lo largo de las costas del país, en el marco de ejercicios militares de 72 horas.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, aseguró que estas maniobras buscan alcanzar “el punto óptimo de coordinación y preparación” ante la presencia naval estadounidense, y advirtió que “cualquier intento encubierto fracasará”.
La tensión escaló aún más cuando Trump declaró ante la prensa que planea extender la campaña antinarcóticos a operaciones terrestres, sin precisar su localización. “La tierra será lo siguiente”, afirmó el mandatario, acompañado por Hegseth. “Vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país”, añadió.
El despliegue del Gerald Ford se produce poco después de que un bombardero B-1B sobrevolara el Caribe cerca de la costa venezolana, tras una misión de disuasión con B-52 la semana pasada.
Por último, el gobierno de Brasil expresó su rechazo a cualquier intervención militar en Venezuela. El asesor presidencial Celso Amorim, mano derecha de Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que una acción armada de ese tipo “solo fomentaría el resentimiento y la radicalización política en el continente”.








