Con el lema “María, vos sos nuestra esperanza”, una multitud de peregrinos se congregó este jueves para celebrar el 42° aniversario de la aparición de la Virgen de San Nicolás. Como es tradición, la imagen mariana salió en procesión desde el santuario, recorrió las calles aledañas y recibió la emblemática lluvia de pétalos en homenaje de los fieles.
La jornada comenzó en la tarde del miércoles, cuando los peregrinos provenientes de Buenos Aires y de la procesión de La Emilia arribaron al Campito. Allí se presentó la imagen de San Nicolás de Bari, patrono de la ciudad y la diócesis, antes de iniciar la vigilia de oración que, a medianoche, dio paso a la misa de bienvenida a María.
El acto central se realizó en la explanada del templo, presidido por el obispo diocesano, monseñor Hugo Santiago, ante la presencia de autoridades locales como el intendente Santiago Passaglia, concejales y representantes de las fuerzas de seguridad.



En su homilía, monseñor Santiago reflexionó sobre el sufrimiento humano y la esperanza, alentando a expresar el dolor a través de la fe. Citó al papa León XIV para recordar que el grito de Cristo en la cruz encierra “dolor, abandono, fe y ofrenda”, e invitó a los fieles a “gritar llorando, no como un grito de impotencia, sino como un llanto de esperanza” confiando en que Dios escucha incluso cuando todo parece perdido.
El obispo se refirió a problemáticas actuales como la pérdida del trabajo, enfermedades graves, rupturas afectivas, migración forzada y violencia bélica. Enfatizó la necesidad de resistir la “globalización de la indiferencia” y advirtió que incluso el sufrimiento extremo, como el de enfermos terminales o las víctimas del aborto y la eutanasia, puede tener un sentido redentor.
Asimismo, instó a promover un “grito pacífico, desarmado y desarmante” que fomente el diálogo en tiempos de polarización social y violencia verbal, llamando a pacificar las redes sociales y a construir amistad social.
Para concluir, el prelado invitó a mirar a la Virgen María como ejemplo de fe en medio de la adversidad: “La Virgen también lloró como un gesto de esperanza, como una queja ante el Padre… confiando y creyendo en lo inaudito”. Según destacó, la Virgen de San Nicolás hoy anima a todos a “gritar ante los desafíos de nuestro peregrinar, como un grito de esperanza que confía en el Padre Dios”.








