María Corina Machado volvió a mostrarse en público la noche de este miércoles en Oslo, marcando su primera aparición después de más de un año en la clandestinidad. Su reaparición ocurrió pocas horas después de que su hija recibiera en su lugar el Premio Nobel de la Paz 2025, un reconocimiento que colocó nuevamente en el centro de la escena internacional la situación política de Venezuela.
La dirigente opositora, que permaneció fuera del foco público debido a amenazas de muerte y a la persecución judicial del régimen de Nicolás Maduro, se asomó al balcón de su habitación en el emblemático Grand Hotel Oslo, donde tradicionalmente se reúne el público tras la ceremonia del Nobel. Allí la esperaban decenas de venezolanos y simpatizantes que llegaron para expresarle su apoyo.
Con una sonrisa amplia y visible emoción, Machado entonó el himno de Venezuela frente a la multitud reunida en la plaza Stortingsparken, colocando una mano sobre su pecho mientras los presentes agitaban banderas venezolanas y brasileñas. Minutos más tarde bajó a la calle, donde abrazó a muchos de ellos entre lágrimas, mientras recibía palabras de aliento en una noche especialmente fría en la capital noruega.
Funcionarios de Estados Unidos habían confirmado previamente que Machado logró salir de Venezuela el martes, tras un operativo silencioso que la llevó por mar hasta Curazao. El traslado se organizó bajo absoluta reserva por su círculo más cercano para resguardar su integridad, evitando cualquier anuncio previo hasta que estuviera fuera del país.
Su llegada a Noruega generó una fuerte movilización entre diplomáticos, activistas y la diáspora venezolana presente en Europa. La aparición pública ocurrió luego de la tradicional marcha de antorchas del 11 de diciembre, que recorre el centro de Oslo para homenajear al galardonado de la Paz cada año y que en esta edición tuvo un marcado componente político por la crisis venezolana.

El gobierno noruego adelantó que Machado ofrecerá una conferencia de prensa este jueves a las 09:15 GMT, un evento que será su primer contacto directo con periodistas desde que decidió ocultarse tras las elecciones presidenciales de julio de 2024.
“La señora Machado está en Oslo y tendrá actividad pública el día de mañana”, indicó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega.

En la ceremonia del Nobel, su ausencia se sintió con fuerza. Su hija, Ana Corina Sosa Machado, recibió la medalla y el diploma, y transmitió un mensaje en representación de la líder opositora. Allí relató la violencia política que enfrenta la oposición venezolana y aseguró que su madre planea regresar a su país tan pronto como le sea posible. También afirmó que la dirigente “no renunciará a la aspiración de vivir en un país libre”.
El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, dedicó parte de su discurso a enviar un mensaje directo a Nicolás Maduro: “Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo”, declaró, generando una ovación inmediata en la sala. La ceremonia abrió con interpretaciones de “Alma llanera” y “Venezuela” a cargo del cantante Danny Ocean.

El premio otorgado a Machado destacó su rol en la defensa de una transición democrática en Venezuela. Desde las elecciones presidenciales de 2024 —en las que el chavismo proclamó la reelección fraudulenta de Maduro—, la dirigente fue blanco de una investigación penal por presuntos delitos de conspiración, incitación al odio y terrorismo. Días antes del anuncio del Nobel, la Fiscalía venezolana había advertido que sería tratada como “fugitiva” si abandonaba el país.
Especialistas sostienen que su eventual regreso implicaría altos riesgos. La analista Benedicte Bull, profesora de la Universidad de Oslo, señaló que Machado podría ser arrestada si regresa, aunque recordó que el régimen ha sido más cauteloso con ella debido al impacto internacional que tendría su detención. No obstante, advirtió que un exilio prolongado podría limitar su influencia política.
Machado, quien dedicó su Nobel al presidente estadounidense Donald Trump, mantiene una relación cercana con el mandatario republicano, cuya administración sostiene operaciones militares en el Caribe bajo el argumento de combatir a organizaciones criminales. Maduro, en tanto, denuncia que dichas maniobras buscan desestabilizar su gobierno y controlar los recursos energéticos venezolanos.
La reaparición de la líder opositora en Oslo abre un nuevo capítulo en la crisis política venezolana, ahora bajo la atención de la comunidad internacional reunida en torno al Premio Nobel de la Paz. Su conferencia de prensa será clave para conocer los pasos que planea dar una figura que, aun perseguida y obligada a ocultarse, continúa siendo la principal referencia de la oposición en su país.

