El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, visitó este lunes en el hospital a Ahmed al Ahmed, el hombre de 43 años que arriesgó su vida para desarmar a uno de los atacantes durante el tiroteo masivo ocurrido en Bondi Beach, que el domingo por la noche dejó al menos 16 víctimas fatales.
Minns difundió una imagen junto a Ahmed en su cama del Hospital St George, en Kogarah, y lo definió como “un héroe de la vida real”. “No hay dudas de que se habrían perdido muchas más vidas si no fuera por su coraje desinteresado”, afirmó el premier tras el encuentro.
Ahmed, padre de dos niñas de cinco y seis años, fue sometido a una cirugía por múltiples heridas de bala en el brazo izquierdo, luego de enfrentarse cuerpo a cuerpo con uno de los pistoleros durante el ataque perpetrado en un evento de celebración judía de Janucá. Su estado de salud sigue siendo delicado.
A través de su abogado, Sam Issa, el hombre expresó que no se arrepiente de lo que hizo. “Dijo que lo volvería a hacer. No lamenta nada, aunque el dolor ya empieza a afectarlo”, señaló el letrado a medios locales tras visitarlo. Sin embargo, Issa advirtió sobre la gravedad del cuadro: “No está bien en absoluto. Está acribillado a balazos. Nuestro héroe está luchando”.
Según detalló, Ahmed recibió alrededor de cinco impactos de bala en el brazo izquierdo y tiene además un proyectil alojado en el omóplato que aún no fue extraído. La pérdida de sangre fue considerable y los médicos temen que pueda perder el brazo.
Imágenes captadas por testigos muestran cómo Ahmed se refugia detrás de autos estacionados sobre Campbell Parade y, segundos después, se lanza por sorpresa sobre el atacante desde atrás, logra arrebatarle el rifle y lo derriba tras una intensa lucha en el suelo.

De acuerdo con el testimonio de su primo Jozay Alkanj, antes de intervenir Ahmed le dijo una frase que refleja la magnitud del momento: “Voy a morir, por favor ve con mi familia y diles que morí salvando las vidas de las personas”. Ambos habían pasado cerca del evento de Janucá, donde les ofrecieron comida. “Solo necesitábamos un café. Fue apenas diez minutos antes de que todo ocurriera”, relató.
El ataque se produjo durante el evento “Chanukah by the Sea”, cuando dos hombres armados abrieron fuego contra cientos de asistentes. Los presuntos agresores fueron identificados como Sajid Akram, de 50 años, abatido por la policía, y su hijo Naveed Akram, de 24, quien permanece internado bajo custodia en estado crítico. Según las autoridades, ambos habrían jurado lealtad al Estado Islámico.
Ahmed llegó a Australia en 2006 y trabaja como comerciante de tabaco. Obtuvo la ciudadanía australiana en 2022. Sus padres, Fateh y Malaka, lo visitaron el lunes y aseguraron que se encuentra de “buen ánimo”. “Agradece a Dios haber podido ayudar a gente inocente y salvar vidas de estos monstruos”, expresó su padre.

Issa explicó que su defendido no busca protagonismo. “Es un hombre humilde y no está interesado en la atención mediática. Para él, esto es una forma de expresar su gratitud por vivir en Australia y por haber recibido la ciudadanía”, afirmó. Otro primo, Mostafa, lo describió como “un héroe absoluto” y contó que Ahmed le dijo que sintió que Dios le dio “un poder que nunca había tenido antes”.
La reacción solidaria en Australia fue inmediata. Una campaña en GoFundMe creada para ayudar a Ahmed superó en pocas horas el millón de dólares australianos, con más de 18.000 donaciones. El mayor aporte individual fue del empresario estadounidense Bill Ackman, quien donó 99.999 dólares australianos y difundió la iniciativa en redes sociales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también destacó su valentía. “Hubo una persona muy, muy valiente que enfrentó directamente a uno de los tiradores. Salvó muchas vidas. Tengo un gran respeto por el hombre que hizo eso”, declaró.
Por su parte, el primer ministro australiano Anthony Albanese calificó el atentado como “un acto de pura maldad” y resaltó la reacción de la gente común. “Hemos visto a australianos correr hacia el peligro para ayudar a otros. Esos australianos son héroes y su valentía salvó vidas”, sostuvo.

Minns volvió a remarcar los “actos extraordinarios de coraje personal” y afirmó que “todavía hay australianos maravillosos y valientes dispuestos a arriesgar su vida por un completo desconocido”.
Entre las víctimas fatales del ataque se encuentran una niña de 10 años, el rabino Eli Schlanger —organizador del evento— y Alex Kleytman, un sobreviviente del Holocausto de 87 años. Decenas de personas resultaron heridas, incluidos dos policías que permanecen en estado crítico.
Mientras Ahmed continúa su recuperación, las autoridades siguen investigando el ataque, que fue clasificado oficialmente como un acto de terrorismo dirigido contra la comunidad judía de Sídney.

