El Rugby Championship 2025 arrancó con un resultado que quedará marcado en la historia del rugby mundial. Este sábado 16 de agosto, en el imponente Ellis Park de Johannesburgo, Australia protagonizó una de las remontadas más impactantes de las últimas décadas: tras ir perdiendo 22-0 en los primeros minutos, terminó imponiéndose por 38-22 a Sudáfrica.
El triunfo de los Wallabies no solo significó un comienzo soñado en el certamen, sino también la ruptura de una racha de seis décadas sin victorias en ese estadio. Desde 1963, el seleccionado australiano no conseguía imponerse en la casa de los Springboks, lo que le otorga un valor extra a lo conseguido este sábado.
Un comienzo arrollador de Sudáfrica
El partido inició con un claro dominio sudafricano. Apenas a los dos minutos, Kurt-Lee Arendse apoyó el primer try, encendiendo a los más de 60 mil fanáticos presentes en el estadio. La ventaja se amplió con las conquistas de André Esterhuizen y del capitán Siya Kolisi, que llevaron el marcador a un contundente 22-0 antes del primer cuarto de hora.
En ese momento, todo parecía indicar que Sudáfrica reafirmaría su hegemonía como campeón del mundo y mantendría su invicto en Ellis Park frente a los australianos. Sin embargo, la inconsistencia defensiva, que ya había mostrado grietas en partidos anteriores, volvió a aparecer y terminó siendo determinante.
La reacción australiana
La remontada comenzó a gestarse a los 28 minutos de la primera mitad. Dylan Pietsch logró apoyar en el ingoal tras una excelente jugada colectiva iniciada por James O’Connor, lo que cortó la sequía y dio aire al equipo visitante. Ese try cambió el ánimo del encuentro y permitió a los Wallabies recuperar confianza de cara al complemento.
En el segundo tiempo, la presión australiana fue implacable. Harry Wilson se convirtió en figura al apoyar en dos oportunidades, mientras Joseph-Aukuso Suaalii y Max Jorgensen aprovecharon errores defensivos sudafricanos para dar vuelta el marcador.
La estocada final llegó a cinco minutos del cierre: Tom Wright interceptó una descoordinación en el ataque de los Springboks y apoyó un try que selló el resultado 38-22, desatando la euforia en el banco visitante y en los aficionados que habían viajado a Johannesburgo.
Un duelo de emociones
El encuentro fue un reflejo de lo impredecible que puede ser el rugby. Sudáfrica comenzó con toda la intensidad, decidido a marcar diferencias desde el inicio, pero no pudo sostener el ritmo ni corregir sus errores. Australia, en cambio, mostró paciencia, velocidad en los contraataques y una efectividad que desarmó por completo al conjunto local.
El segundo tiempo fue un monólogo de los Wallabies, que controlaron el juego con autoridad y dejaron sin respuestas a un rival que se fue apagando a medida que avanzaban los minutos.
Un triunfo para la historia
Con esta victoria, Australia suma puntos vitales en el Rugby Championship y, al mismo tiempo, rompe un maleficio de 60 años sin ganar en Ellis Park. El resultado no solo refuerza la moral del equipo dirigido por Joe Schmidt, sino que también deja un mensaje claro: los Wallabies están listos para competir de igual a igual frente a las potencias del hemisferio sur.
Al finalizar el encuentro, el pilar James Slipper resumió el sentimiento del plantel: “Esta victoria es un logro indiscutible. Han pasado más de seis décadas desde que ganamos en Johannesburgo. Trabajamos duro y confiamos en nosotros mismos”.
Las palabras del experimentado forward reflejan la magnitud de lo conseguido: Australia escribió una página inolvidable en su historia y lo hizo en uno de los escenarios más emblemáticos del rugby mundial.
Lo ocurrido en Johannesburgo confirma que el Rugby Championship siempre guarda capítulos inesperados. Esta vez, el protagonista fue un seleccionado australiano que supo sobreponerse a un arranque adverso y selló una victoria que quedará grabada como una de las más grandes gestas de su historia.