Un nuevo ataque aéreo ruso durante la madrugada volvió a golpear con fuerza a varias regiones de Ucrania, dejando al menos siete víctimas fatales y severos daños materiales, según informaron autoridades locales. Las primeras cifras dan cuenta de dos muertos en Donetsk y tres en la región sureña de Kherson, además de un ataque que afectó infraestructuras energéticas claves en la ciudad portuaria de Odessa.
Los dos fallecidos en Donetsk se encontraban en Kostiantínivka, una localidad cercana al frente de batalla que permanece bajo constante presión militar rusa. En Kherson, las otras tres víctimas fueron registradas en áreas controladas por Kiev, que se encuentran separadas de la zona ocupada por Moscú por el río Dniéper.
Las áreas situadas cerca del frente continúan siendo escenario de ataques regulares con artillería, drones, bombas aéreas y, en menor medida, misiles. En esta ocasión, el impacto sobre las instalaciones energéticas de Odessa se produjo mediante drones de largo alcance dirigidos al principal puerto marítimo del país.

El jefe de la Administración Regional de Odessa, Oleh Kiper, informó a través de Telegram que el total de muertos asciende a siete. Paralelamente, se difundieron imágenes del Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania que muestran a bomberos trabajando entre los restos incendiados provocados por los misiles y vehículos aéreos no tripulados.
Ivan Fedorov, gobernador de Zaporizhia, detalló que la ofensiva incluyó 588 drones de diferentes tipos —principalmente FPV— y tres bombardeos lanzados desde sistemas de cohetes múltiples MLRS que impactaron en Novoandriivka y Dobropillia, en Donetsk, y en Charivne, en la región de Odessa. También informó que, hasta el momento, se registraron 30 reportes de viviendas, autos e infraestructuras dañadas.
En Odessa, el Servicio Estatal de Emergencias reportó que parte del equipo de los rescatistas quedó inutilizado durante un segundo ataque con drones lanzado mientras atendían las consecuencias de un bombardeo previo. La agresión provocó un incendio en una instalación energética y afectó también un edificio administrativo próximo a zonas residenciales.

Dos personas quedaron atrapadas dentro de un departamento debido a la onda expansiva y fueron rescatadas por equipos de emergencia y la policía para ser trasladadas a un centro médico. Además, psicólogos del servicio de emergencias brindaron asistencia en los puntos afectados, atendiendo a 33 personas, entre ellas seis menores.
El ataque ocurre en medio de un giro en el escenario diplomático. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó como “muy positiva” la reunión realizada en el Kremlin entre enviados especiales de Washington —entre ellos Steve Witkoff y Jared Kushner— y Vladimir Putin. Según Trump, la delegación norteamericana percibió una disposición del líder ruso a explorar una salida negociada al conflicto. “La impresión fue que le gustaría que la guerra terminara”, afirmó el mandatario desde la Casa Blanca.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky se mostró moderadamente optimista respecto a estos avances, destacando que las conversaciones avanzan con rapidez y que Estados Unidos mantiene un rol activo en la búsqueda de una solución diplomática. “Demuestra que no han renunciado a ningún tipo de diálogo, lo cual es positivo”, remarcó desde Dublín.

