El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y candidato a secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Rafael Grossi, afirmó que el presidente Javier Milei es una figura con fuerte proyección internacional y que “genera mucho interés” en el escenario global.
En ese marco, agradeció la decisión del mandatario argentino de respaldar su postulación para la Secretaría General de la ONU y extendió el reconocimiento al ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Pablo Quirno, así como también al Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), institución a la que definió como “muy prestigiosa”.
Consultado sobre su candidatura, Grossi sostuvo que su trayectoria le permite saber con claridad qué puede aportar al cargo. Señaló que su experiencia no sólo se limita a su actual función al frente del OIEA, sino también a su paso como embajador argentino en Austria y a otras responsabilidades diplomáticas que ocupó a lo largo de su carrera.
En ese sentido, destacó su rol en escenarios de alta complejidad internacional. “En la guerra entre Rusia y Ucrania, he logrado tender puentes y mantener un diálogo permanente tanto con (Vladimir) Putin como con (Volodímir) Zelensky. Lo mismo ocurre con lo que estamos haciendo en Medio Oriente, en Irán, con el programa nuclear, y en otros lugares del mundo. Pudimos acercar posiciones y alcanzar soluciones concretas”, afirmó en declaraciones al medio BAE Negocios.
En la misma línea, Grossi remarcó que, en caso de ser elegido secretario general, su objetivo será contar con “unas Naciones Unidas que funcionen”. En ese punto, rechazó la idea de que la ONU se limite a ser “una linda idea romántica” y planteó la necesidad de que se convierta en una institución donde se evidencien resultados concretos. “Cuando uno observa las guerras que hay en el mundo, no ve a las Naciones Unidas mínimamente involucradas”, señaló.
Por otra parte, sostuvo que su gestión al frente del OIEA demostró que es posible “acercar posiciones” cuando se actúa con una visión imparcial. Subrayó la importancia de la ecuanimidad para abordar los conflictos y ofrecer soluciones “realistas, útiles y aceptables para la gente”.
“Ser imparcial no es ser indiferente. Creo que el punto pasa por ahí. Uno tiene emociones y sabe cuando alguien está haciendo algo mal. Pero si voy y le digo ‘Usted es un criminal’, la conversación se termina. Yo necesito sentarme con esa persona, entender lo que dice y proponer alternativas para que el diálogo continúe”, explicó.
Grossi también se refirió a la mirada crítica del presidente estadounidense Donald Trump sobre la ONU, a la que suele describir como una organización excesivamente burocrática, costosa y con escasa capacidad para ofrecer soluciones concretas.
“Más allá de las críticas, hay muchos aspectos en los que lo que plantean es razonable. En mis conversaciones en Washington, con personas muy cercanas al presidente Trump y con el secretario (Marco) Rubio, nunca me dijeron ‘Queremos destruir a las Naciones Unidas’. Lo que expresaron es que quieren otras Naciones Unidas, más enfocadas”, aseguró.
Para cerrar, Grossi afirmó que no tiene inconvenientes con esa visión y sostuvo que su propuesta apunta a concentrarse en las prioridades centrales del organismo. “Si para los Estados Unidos las Naciones Unidas no están funcionando bien, pueden funcionar mejor”, señaló.
“Si yo le levanto el ‘dedito’ a la nación más poderosa del mundo, no voy a ser un secretario general exitoso. Tal vez quede bien con quienes disfrutan criticar a las grandes potencias, pero no estaría cumpliendo mi rol”, concluyó.

