El Vaticano se prepara para uno de sus momentos más solemnes: el anuncio del nuevo Papa. El encargado de pronunciar el tradicional “Habemus Papam” será el cardenal Dominique Mamberti, un hombre de perfil discreto, vasta experiencia diplomática y figura de confianza del fallecido Francisco.
A sus 73 años, Mamberti ocupa el rol de cardenal protodiácono, el purpurado más antiguo del orden diaconal, lo que le otorga la responsabilidad exclusiva de revelar al mundo el nombre del nuevo pontífice y el título que este haya elegido para su papado.
La elección de Mamberti para este momento crucial no es casual. Nacido en Marrakech, Marruecos, el 7 de marzo de 1952, fue ordenado sacerdote en Francia en 1981. Tras especializarse en Ciencias Políticas y Derecho Público, ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1986, sirviendo en misiones estratégicas como Argelia, Chile, Nueva York (Naciones Unidas) y el Líbano.
En 2000, su carrera lo llevó a Roma como consejero de la Secretaría de Estado, donde se especializó en temas multilaterales. Posteriormente, fue designado nuncio apostólico en Sudán, Eritrea y Somalia, y en 2006, bajo el pontificado de Benedicto XVI, asumió como “ministro de Relaciones Exteriores” del Vaticano, un rol clave en tiempos de alta complejidad internacional.
Durante el pontificado de Francisco, su figura se consolidó aún más: en 2014, fue nombrado prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica —el máximo órgano judicial de la Iglesia después del Papa— y, poco después, fue elevado al rango de cardenal.
Aunque su nombre no sonó entre los “papables” de este cónclave, su sólida trayectoria y profundo sentido institucional lo mantienen como una figura respetada dentro del Colegio Cardenalicio.
El cónclave, que comenzó el 7 de mayo con la participación de 133 cardenales electores menores de 80 años, culminó este jueves con la esperada fumata blanca. Bajo estrictas medidas de seguridad y absoluto secreto, los cardenales votaron en la Capilla Sixtina hasta alcanzar el consenso necesario.
Ahora, con millones de fieles congregados en la Plaza San Pedro y millones más siguiendo el evento desde todo el mundo, Dominique Mamberti se dispone a salir al balcón central de la Basílica y pronunciar las palabras que marcan una nueva etapa para la Iglesia Católica:
“Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!” (“Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos Papa!”).