La actriz Kelley Mack, reconocida por interpretar a Addy en la serie “The Walking Dead”, murió a los 33 años luego de enfrentar una dura batalla contra un glioma, un tipo de tumor que afecta el cerebro o la médula espinal. La noticia fue confirmada el martes 6 de agosto por su hermana mediante un posteo en redes sociales, donde compartió palabras de despedida y detalles sobre su fallecimiento.
Según el mensaje difundido, Mack —cuyo nombre real era Kelley Klebenow— “falleció en paz el sábado por la noche” en Cincinnati, su ciudad natal, acompañada por su madre Kristen y su tía Karen. “Con una tristeza imborrable estamos anunciando el fallecimiento de nuestra querida Kelley. Una luz tan brillante y ferviente ha transitado al más allá, donde todos finalmente debemos ir”, expresaron en la publicación.
La misma publicación añadió que Kelley ya se habría manifestado simbólicamente a sus seres queridos “en la forma de varias mariposas”, y se anunció que el próximo 16 de agosto se celebrará en Ohio una ceremonia para honrar su vida. “Ella querría que todos ustedes supieran lo mucho que los ama. Y como su hermana, quiero que todos sepan lo valiente que fue ese duro SOB, especialmente cuando decidió dar el salto para reunirse con Dios. Estoy tan jodidamente orgullosa de ella”, escribió.
El fallecimiento generó una ola de mensajes de condolencias por parte de colegas, seguidores y amigos, quienes la recordaron como una persona talentosa y de gran corazón. Entre ellos, la actriz Alanna Masterson —también parte del elenco de “The Walking Dead”— destacó: “¡Qué persona tan increíble! Estoy muy orgullosa de haber luchado junto a ella en nuestro último episodio juntas”.
A lo largo de su carrera, Mack acumuló 35 créditos como actriz y cinco como productora. Además de su participación en la novena temporada de “The Walking Dead”, se destacó como Penélope Jacobs en “Chicago Med” (2022) y tuvo una aparición en “9-1-1” (2019). También fue parte de los cortometrajes “Unusual Suspects” (2015), “Not Your Average Joe” (2016) y “Unscrewed” (2016).
Su trayectoria comenzó desde muy joven, impulsada por una minicámara de video que recibió de niña y que encendió su pasión por contar historias. Participó en numerosos comerciales para marcas como Dr. Pepper, Dairy Queen, Ross y Chick-fil-A, y también incursionó en el doblaje.
Graduada de Hinsdale Central High School, Mack obtuvo una licenciatura en cinematografía en la Dodge College of Film and Media Arts de la Universidad Chapman, en California.
La actriz era conocida por su calidez, creatividad y su apoyo incondicional a quienes la rodeaban. “Su entusiasmo contagioso y su dedicación a su trabajo inspiraron a innumerables personas en la industria y más allá”, destacaron en el comunicado publicado en la red CaringBridge.
Le sobreviven sus padres, Kristen y Lindsay Klebenow; sus hermanos Kathryn y Parker; sus abuelos Lois y Larry Klebenow; y su pareja, Logan Lanier.
El legado de Kelley Mack continuará vivo a través de su trabajo artístico y en la memoria de quienes la conocieron y amaron. Su talento, espíritu vibrante y dulzura dejarán una huella imborrable.