El presidente Javier Milei justificó hoy su decisión de no saludar a Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, y a la vicepresidenta Victoria Villarruel durante el Tedeum en la Catedral Metropolitana, al señalar que “Roma no paga traidores”.
“Roma no paga traidores”, expresó el mandatario desde sus redes sociales, citando un video que mostraba su rechazo al saludo ofrecido por Jorge Macri y Villarruel antes del inicio del acto religioso.
En otro mensaje publicado en X (ex Twitter), Milei argumentó: “Si se es bueno con los malos (esto es con quienes traicionan, mienten, calumnian, injurian y ensucian por una mera ventajita) se termina siendo muy malo con los buenos”. Agregó además: “Saludos para chantalán Gutiérrez Rubí y otras basuras varias”, en referencia al consultor Antoni Gutiérrez-Rubí, contratado por el PRO para la campaña legislativa porteña.
Milei citó la histórica frase atribuida a Cepión sobre Roma, replicando la publicación del cineasta Santiago Oria, director de Realización Audiovisual de Presidencia, quien escribió sobre el partido liderado por Mauricio Macri:
“Contratan a un experto en campaña sucia, la más sucia del mundo, y pretenden que no pase nada”, y agregó:
“Y lloran modales cuando son los primeros en no tener códigos y hacer campañas inmorales con sicarios políticos. Hipócritas”.
La relación entre Milei y Jorge Macri se deterioró desde que el dirigente del PRO decidió desdoblar y anticipar las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, una decisión que, según el presidente, dificultó un acuerdo de unidad con el macrismo.
A pesar de los pedidos de “tabula rasa” que expresó el vocero presidencial Manuel Adorni, Milei evitó saludar a Jorge Macri y a Villarruel al ingresar a la Catedral Metropolitana. Minutos después, reafirmó su postura mediante mensajes en redes sociales.
Algo similar ocurre con Victoria Villarruel, con quien Milei mantiene un vínculo distante y sin diálogo desde hace meses. Según trascendió, la directiva protocolar enviada desde Presidencia indicaba que la vicepresidenta debía esperar a Milei dentro de la Catedral.
Al ingresar, el mandatario no les tendió la mano a Macri ni a Villarruel, dejándolos visiblemente incómodos. Unos pasos detrás, el arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva acompañaba al presidente y dedicó varios minutos a saludar a todos los asistentes.