Este jueves 20 de junio, Día de la Bandera, el presidente Javier Milei encabezó un acto propio en el Campo Argentino de Polo, en Palermo, donde tomó juramento de fidelidad a la bandera a jóvenes cadetes y efectivos de las Fuerzas Armadas. Estuvo acompañado por miembros de su gabinete y altos mandos militares.
A diferencia de años anteriores, Milei decidió no asistir al tradicional acto en Rosario, frente al Monumento a la Bandera, lo que significó una ruptura con una costumbre sostenida desde el retorno de la democracia. Desde Casa Rosada señalaron que la ausencia se debió a “cuestiones de agenda”.
La representación oficial en Rosario quedó a cargo de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien participó del izamiento de la bandera y presenció la jura de lealtad de más de 8.000 estudiantes de escuelas de todo el país. La ceremonia fue encabezada también por el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin.

Durante la jornada en Rosario se llevaron a cabo además actividades culturales, ferias y un festival musical en el Parque Nacional a la Bandera, con una alta participación ciudadana.
La ausencia del Presidente en el acto central generó críticas desde distintos sectores políticos, que interpretaron la decisión como un gesto político deliberado. Algunos dirigentes hablaron de “desprecio institucional” hacia una de las fechas más simbólicas del calendario patrio.
En contraste, el acto en Palermo buscó reforzar la imagen presidencial con un fuerte tono castrense, consolidando el vínculo de Milei con las Fuerzas Armadas y marcando diferencias con el resto de la dirigencia política.
La jornada dejó en evidencia una interna en el oficialismo: Milei y Villarruel protagonizaron actos por separado, con discursos y entornos diferentes, en una fecha clave para la memoria nacional.