Adriana Valeria Suárez Cervant, de 40 años, está acusada de un crimen brutal en la ciudad de Mendoza: mató, descuartizó y prendió fuego a su inquilino, César Darío Rodas, de 41 años. Lo insólito es que, pese a estar bajo prisión domiciliaria, Suárez había violado al menos cuatro veces esa condición sin consecuencias inmediatas. Una de esas salidas fue registrada por el sistema de imágenes de Google Street View, lo que terminó siendo una prueba clave en su contra.

El hecho ocurrió en el domicilio donde Suárez cumplía su condena por robo agravado, sentencia que había recibido en 2019 y que fue modificada durante la pandemia por razones humanitarias: estaba a cargo de sus cinco hijas, de entre 6 y 15 años. Sin embargo, la tobillera electrónica falló reiteradamente, según admitieron sus propios abogados defensores.
Las imágenes de Google, que muestran a la mujer fuera de su hogar sin autorización judicial, sumaron una evidencia inesperada al expediente. Desde el Ministerio Público Fiscal de Mendoza señalaron que “la quinta vez que quebró la domiciliaria fue la definitiva, porque entonces sí fue detenida”.
El crimen fue cometido con la presunta ayuda de dos hombres, Marcelo Altamirano y Damián Contreras, también detenidos. Los tres están imputados por homicidio agravado con ensañamiento, un delito que prevé la pena de prisión perpetua.
Según fuentes de la investigación, Suárez habría alegado como motivo del homicidio que Rodas había abusado de sus hijas, pero la Justicia descartó esa hipótesis por falta de pruebas. De hecho, el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) intervino para asistir a las menores, quienes habrían presenciado el crimen.
Un historial delictivo previo
La mujer comenzó su historial criminal en 2012, cuando fue condenada por robo agravado, aunque cumplió la pena en arresto domiciliario por haber sido madre recientemente. En 2014 fue denunciada por amenazas, y en 2019, ya en libertad condicional, fue detenida por irrumpir en una vivienda junto a su ex pareja con fines de robo.
El caso reavivó el debate sobre el control efectivo de los arrestos domiciliarios y la eficacia de las medidas electrónicas de monitoreo en casos de alto riesgo. También generó impacto por el inesperado rol que cumplió el servicio de imágenes de Google en la reconstrucción del crimen.