La Embajada de la República Argentina ante la Santa Sede confirmó la entronización del mosaico de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, en los Jardines Vaticanos, específicamente en el sector conocido como Bastione di Maestro. La ceremonia, realizada en la Ciudad del Vaticano, reunió a autoridades religiosas, diplomáticas y miembros de la comunidad argentina residente en Roma.
El acto comenzó con las palabras de Luis Pablo María Beltramino, embajador argentino ante la Santa Sede, quien destacó que la Virgen “es el corazón espiritual de nuestra Nación” y recordó su significado como símbolo de unidad y esperanza desde 1630. Beltramino expresó su deseo de que María de Luján proteja al pueblo argentino y acompañe el pontificado de León XIV, “inspirando caminos de paz, fraternidad, diálogo y justicia”.
El embajador también resaltó el impulso del Papa Francisco para llevar adelante este proyecto, mencionando que el Santo Padre apoyó desde el inicio la llegada de la imagen al Vaticano y pudo contemplarla terminada en febrero de 2025.
A continuación, intervino el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Durante la ceremonia se realizó el desvelamiento del mosaico, obra de Florencia Delucchi, con la participación de los benefactores Mario Montoto, Ricardo Trigo y Luis Calello, quienes financiaron la iniciativa de manera privada.
Florencia Delucchi explicó que su trabajo se inspiró en una imagen de la Virgen proveniente del hogar de uno de los donantes, Mario Montoto. “Tomé esa imagen como referencia para realizar el mosaico. Combiné dos técnicas: mosaico y piezas de cerámica modeladas y pintadas a mano”, señaló la artista.
El cardenal Parolin destacó que este gesto refleja los lazos de amistad entre Argentina y la Santa Sede, y describió los elementos artísticos del mosaico: un cielo en teselas azules y celestes que simboliza la vida eterna, y un marco de flores en cerámica que representan la belleza y la vida. También subrayó el sentido espiritual de la obra, inspirada en una pequeña imagen hallada en el hogar de un devoto, como expresión de fe cotidiana.
La bendición del mosaico estuvo a cargo del cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, acompañado por monseñor Guillermo Karcher. La ceremonia incluyó oración y cantos dedicados a Nuestra Señora de Luján y culminó con los saludos del cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Vérgez destacó la dimensión espiritual y cultural del mosaico: “Entronizar a la Virgen de Luján no es solo un acto artístico o ceremonial, es una expresión viva de la devoción de una comunidad que no olvida sus raíces, su cultura ni su espiritualidad”. Además, señaló que la obra se integra a las advocaciones marianas de América Latina presentes en los Jardines Vaticanos, reflejando el impulso del Papa Francisco y el legado del beato cardenal Eduardo Pironio, vinculado al Santuario de Luján.
En la entronización participaron representantes de la Curia Romana, miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, religiosos y laicos de la comunidad argentina en Roma, así como el subsecretario de Culto y Civilización del gobierno argentino, Agustín Ezequiel Caulo.
Tras la ceremonia, se realizó un almuerzo que reunió a autoridades del Vaticano, la artista, sus benefactores —Mario Montoto y su esposa Claudia Spinelli— y Luis Pablo María Beltramino, entre otros.
El proyecto de emplazamiento del mosaico fue promovido por la Cancillería Argentina y la Secretaría de Culto y Civilización, en colaboración con la representación diplomática argentina ante la Santa Sede.