El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles que la Guardia Costera llevó adelante la confiscación de un buque petrolero frente a las costas de Venezuela, un movimiento que se enmarca en el refuerzo militar ordenado por Washington en el mar Caribe.
Horas antes, el gobierno estadounidense había divulgado imágenes del operativo que permitió interceptar un petrolero iraní que navegaba hacia Venezuela.
“Acabamos de incautar un petrolero en la costa de Venezuela, un petrolero enorme, muy grande; de hecho, el más grande jamás incautado”, declaró Trump ante periodistas, acompañado por una advertencia: “Y están sucediendo otras cosas, así que lo verán más adelante”.
La medida se suma a una serie de acciones que la administración Trump impulsa desde septiembre, cuando intensificó su estrategia para golpear las redes de narcotráfico que, según Washington, dirige el régimen de Nicolás Maduro. En ese período, las fuerzas estadounidenses destruyeron más de veinte embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas en el Caribe y el Pacífico, y el propio mandatario ha dejado abierta la posibilidad de ataques dentro del territorio venezolano.
La operación de este miércoles fue dirigida por la Guardia Costera y contó con apoyo de la Marina. Así lo señaló un funcionario estadounidense citado por Bloomberg bajo condición de anonimato, quien precisó que la acción se enmarcó en leyes estadounidenses de aplicación del orden aunque evitó brindar detalles sobre la identidad del barco o el destino de su tripulación.
El anticipo de la incautación también fue publicado por Bloomberg, que consultó a fuentes cercanas al operativo. Según estas versiones, el buque se encontraba bajo sanciones de Washington y operaba cerca de la costa venezolana. El procedimiento es interpretado como un nuevo paso en la estrategia de aislamiento financiero contra el régimen de Maduro, acusado de narcoterrorismo por la Justicia estadounidense.
Las sanciones, sumadas al embargo sobre el sector petrolero, han reducido drásticamente la capacidad de exportación de Venezuela. A pesar de contar con las mayores reservas de crudo del mundo, el país vende alrededor de un millón de barriles diarios —en su mayoría a China— con fuertes descuentos por las restricciones que pesan sobre PDVSA.
Bloomberg describió además el entramado que permite mover petróleo venezolano burlando sanciones: una red de intermediarios, empresas fantasma y embarcaciones que navegan sin identificación o bajo nombres falsos. Estos llamados “petroleros fantasma” realizan transferencias de crudo en alta mar para dificultar el rastreo internacional.

En paralelo, la jornada coincidió con la presencia —o, en este caso, la ausencia— de la opositora venezolana María Corina Machado en Oslo, donde debía participar de un acto tras recibir el Premio Nobel de la Paz. Aunque inicialmente no pudo asistir, aseguró que viajaría a Noruega en las horas siguientes.
Desde el inicio del mandato de Trump, la presión sobre el régimen venezolano se ha intensificado en frentes diplomáticos, económicos y militares. Washington sostiene que Maduro encabeza una red criminal transnacional conocida como el “Cartel de los Soles”, catalogada por autoridades estadounidenses como organización terrorista. Maduro rechaza estas acusaciones y acusa a Estados Unidos de buscar un cambio de régimen para quedarse con los recursos petroleros del país.
En una reciente entrevista con Politico, Trump señaló que los “días de Maduro están contados” y no descartó una invasión terrestre. Reiteró además que “pronto” habrá acciones militares dentro de Venezuela, sin precisar fechas ni lugares.
En los últimos meses, el despliegue de fuerzas estadounidenses en el Caribe y el Pacífico Oriental alcanzó niveles no vistos en décadas. Según Bloomberg y Politico, se destruyeron más de veinte embarcaciones vinculadas al narcotráfico y murieron al menos 87 tripulantes durante los operativos. Frente a este escenario, Caracas llamó a la población a sumarse a milicias populares y anunció la incorporación de 5.600 nuevos efectivos al Ejército, según declaraciones de Maduro difundidas por medios locales.
Las sanciones complican a PDVSA, aunque Chevron continúa operando bajo una licencia especial del Departamento del Tesoro que le permite exportar crudo venezolano. El permiso genera tensiones, ya que para algunos analistas supone una vía adicional de ingresos para el régimen chavista.
La reciente incautación del petrolero podría profundizar las trabas para exportar crudo venezolano: otras compañías navieras podrían evitar operar en la zona ante el riesgo de que sus embarcaciones sean detenidas o decomisadas por fuerzas de Estados Unidos.

