Fuerzas militares de Estados Unidos atacaron durante la noche una narcolancha en aguas del Caribe y, según informó este viernes el jefe del Pentágono, el balance del operativo fue de seis personas muertas. El vocero del Departamento de Defensa indicó que la embarcación estaba implicada en el contrabando de estupefacientes y que operaba a favor del grupo criminal conocido como Tren de Aragua.
En un mensaje publicado en X, Pete Hegseth afirmó que los servicios de inteligencia de Washington tenían confirmación de la participación de la lancha en el tráfico de drogas y precisó que el ataque se produjo en “aguas internacionales”. Hegseth añadió además: “Si eres un narcoterrorista que contrabandea narcóticos en nuestro hemisferio, te trataremos como tratamos a Al Qaeda. Mapearemos sus redes, rastrearemos a su gente, lo cazaremos y lo eliminaremos”.
La información del operativo fue difundida horas antes del arribo previsto de tropas estadounidenses a Trinidad y Tobago para ejercicios militares multilaterales en la región, parte del despliegue naval que Washington mantiene en el mar Caribe, según comunicó el Ministerio de Relaciones Exteriores trinitense.
Entre los referencias y notas relacionadas, en medios se informó que el presidente Donald Trump había anunciado “ataques por tierra” contra narcotraficantes tras los recientes bombardeos a embarcaciones sospechadas de transportar drogas.
El anuncio oficial del ministerio trinitense detalla que las primeras fuerzas arribarían el próximo domingo a Puerto España a bordo del destructor USS Gravely; a ese envío le seguirá la Unidad Expedicionaria 22 del Cuerpo de Infantería de Marina. El comunicado señaló que el USS Gravely “llevará a cabo entrenamientos conjuntos con la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago” y que partirá el día 30.
Trinidad y Tobago es un país insular situado a corta distancia de la costa venezolana: en su punto más cercano la isla de Trinidad está a apenas 11 kilómetros del continente. Esa proximidad geográfica fue destacada en los comunicados oficiales como contexto del despliegue conjunto y de las operaciones marítimas planificadas frente a las costas de Venezuela.
En la nota del Pentágono y en los comunicados diplomáticos se afirmó que las maniobras buscan “reforzar la interoperabilidad, fortalecer la cooperación de defensa a largo plazo y mejorar la disposición operacional entre fuerzas aliadas”. La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, expresó su respaldo al despliegue en aguas trinitenses.
Mientras tanto, Caracas ha denunciado que la presencia militar estadounidense en la región persigue objetivos políticos y ha asegurado que Washington busca, con su despliegue en el Caribe, presionar para provocar un cambio de gobierno en Venezuela. El comunicado venezolano calificó las maniobras como una amenaza y rechazó las acciones que, según dice, vulneran la soberanía regional.
El ataque nocturno a la narcolancha se suma a una serie de operaciones estadounidenses en el Caribe y el Pacífico contra embarcaciones sospechadas de transportar drogas: según reportes oficiales, en anteriores bombardeos se registraron 37 fallecidos en nueve ataques similares.








