Miles de personas colmaron este domingo el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, para despedir al activista ultraconservador Charlie Kirk, asesinado el pasado 10 de septiembre durante una conferencia en Utah. El evento, organizado por Turning Point USA, la organización que él mismo fundó, se transformó en un acto masivo de carácter político y religioso que reunió a más de 70 mil asistentes.
El presidente Donald Trump estuvo presente en la ceremonia y cerró el encuentro con un discurso en el que calificó a Kirk como “un gran héroe estadounidense” y “mártir de la libertad”. “Sé que hablo en nombre de todos los aquí presentes cuando digo que ninguno de nosotros olvidará jamás a Charlie. Y tampoco lo hará la historia”, afirmó ante una multitud que lo ovacionó.

Entre los oradores también estuvieron el vicepresidente J.D. Vance, la viuda de Kirk, Erika, quien asumió como nueva directora ejecutiva de Turning Point USA, y altos funcionarios de su administración como el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Pete Hegseth, y la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard. La presencia del magnate Elon Musk, quien se reencontró públicamente con Trump tras meses de tensiones, acaparó la atención mediática.






La ceremonia estuvo acompañada de música cristiana en vivo y estrictas medidas de seguridad coordinadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que clasificó el funeral como un evento de “nivel 1”, la máxima categoría para actos de gran escala, al mismo nivel que un Super Bowl. El operativo incluyó despliegues del Servicio Secreto y fuerzas locales.








Los asistentes, en su mayoría vestidos con los colores de la bandera estadounidense y gorras con el lema “Make America Great Again”, comenzaron a llegar al estadio desde la madrugada. Durante el homenaje se proyectaron imágenes de la vida de Kirk, mientras líderes conservadores instaron a “continuar con su legado” en los campus universitarios y la arena política.
En un momento emotivo, Erika Kirk pronunció un discurso en el que dijo perdonar al asesino de su esposo: “Charlie quería salvar a jóvenes como el que le quitó la vida. Lo perdono”.




El asesinato de Charlie Kirk, ocurrido mientras brindaba una charla en la Universidad Utah Valley, abrió un intenso debate nacional sobre la violencia política y la seguridad de los activistas en Estados Unidos. Según la fiscalía, el atacante de 22 años confesó que actuó motivado por el “odio” hacia el líder conservador, y enfrenta cargos que podrían derivar en la pena de muerte.
Kirk, de 31 años, se convirtió en una de las figuras más influyentes del movimiento MAGA por su capacidad de conectar con jóvenes conservadores a través de su podcast, sus apariciones en medios y sus constantes giras por universidades. Su funeral en Arizona reflejó la magnitud de su influencia, y marcó un nuevo capítulo de tensión política en el país.