Un importante operativo encabezado por la Policía de la Ciudad permitió concretar el desalojo de la Casa Blaquier, un inmueble histórico en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires que había estado usurpado durante más de cuatro décadas. El edificio está situado en la intersección de Defensa y Adolfo Alsina, a muy pocos metros de la Casa Rosada.
La medida fue ordenada por el Juzgado Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de Primera Instancia N° 3. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, se expresó en redes sociales tras el procedimiento: “Ya llevamos 373 inmuebles recuperados y devueltos a sus dueños. En la Ciudad, la propiedad privada se respeta”, manifestó.
El inmueble en cuestión, bajo la tutela del gobierno de la Ciudad por su valor patrimonial, es una de las Casas Históricas protegidas por ley. Según datos del censo de abril de 2024, en la propiedad vivían de forma irregular más de 80 personas.
El procedimiento se llevó a cabo en cumplimiento del Decreto 1480/2008. Inspecciones recientes realizadas por la Dirección General de Guardia de Auxilio y Emergencias revelaron un grave deterioro estructural: paredes en estado ruinoso, desprendimientos de mampostería y edificaciones fuera de norma, lo que ponía en riesgo la integridad de los ocupantes.
Desde la administración porteña también se destacó que, en reiteradas ocasiones, los ocupantes impidieron el ingreso de personal especializado para evaluar los posibles riesgos de derrumbe en este edificio del siglo XIX, lo que aceleró la decisión de avanzar con el operativo.





El desalojo tuvo lugar en las últimas horas e implicó la coordinación de distintas áreas gubernamentales. Participaron equipos del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, personal del Ministerio de Espacio Público y efectivos policiales de la Ciudad.
El Ejecutivo porteño recordó que, al conocerse la orden de desalojo, los ocupantes presentaron un recurso de amparo. Sin embargo, una sentencia de 2018 rechazó esa demanda, aunque exigió garantizar una alternativa habitacional para las personas afectadas. Además, se señaló que existían denuncias por hechos de violencia, ataques con piedras a un bar lindero y el robo de sillas pertenecientes al Museo de la Ciudad.
Como parte del despliegue, el Gobierno de la Ciudad ofreció subsidios para alquileres, con el fin de que los exocupantes puedan acceder a una solución habitacional adecuada.