Cada 6 de octubre celebramos el Día Internacional de la Geodiversidad, una conmemoración promovida por la UNESCO para destacar la importancia del patrimonio geológico del planeta y fomentar una mayor conciencia pública sobre los procesos terrestres que sustentan la vida. Aunque solemos concentrarnos en los seres vivos y ecosistemas (la biodiversidad), la geodiversidad —los componentes no vivos de la Tierra— es una base imprescindible sin la cual no existiría la vida como la conocemos.
¿Qué entendemos por geodiversidad?
La geodiversidad agrupa todos los elementos naturales que no están vivos: minerales, rocas, fósiles, suelos, sedimentos, montañas, formas del relieve, redes de ríos y cuerpos de agua, y los procesos que los crean o transforman. En otras palabras, es el “paisaje interno y externo” del planeta y las fuerzas que le dan forma. Algunas de esas expresiones más visibles de geodiversidad se encuentran protegidas en los Geoparques Mundiales de la UNESCO.
La geodiversidad no es simplemente un telón de fondo estático. Es dinámica: rocas que se erosionan, suelos que se mueven, volcanes activos, fallas tectónicas, procesos hidrológicos, deslizamientos, sedimentaciones. Estos procesos moldean constantemente nuestro entorno terrestre.
¿Por qué es tan importante?
Aunque a veces la damos por sentada, la geodiversidad sostiene múltiples funciones esenciales para las sociedades humanas:
- Materia prima y recursos: Todas las tecnologías, infraestructuras, edificios, herramientas, dispositivos electrónicos, paneles solares y turbinas eólicas dependen de minerales, rocas y metales que provienen de la geodiversidad.
- Suelos y agricultura: Los suelos generados a partir de rocas y sedimentos son la base de los cultivos y la producción de alimentos.
- Gestión del agua: Las formaciones geológicas subterráneas regulan el flujo del agua, almacenan acuíferos y filtran contaminantes antes de que lleguen a ecosistemas o beban los seres vivos.
- Riesgos naturales y planificación territorial: Conocer la geología local es esencial para evaluar y mitigar riesgos como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, deslizamientos e inundaciones.
- Comprensión climática y adaptación: La geodiversidad nos permite leer el pasado de la Tierra —cambios de clima, movimientos tectónicos, variaciones geológicas— y proyectar escenarios futuros. Ese conocimiento es vital frente al cambio climático.
- Conservación de la biodiversidad: Los ecosistemas dependen de las condiciones “abióticas” (rocas, suelos, relieve) para desarrollarse. En muchos casos, conservar la geodiversidad es un paso para preservar la biodiversidad.
- Cultura, inspiración y turismo: Los paisajes distintivos moldeados por la geodiversidad inspiran arte, patrimonio y turismo científico.
En resumen: sin geodiversidad no hay biodiversidad, no hay hidrología sustentable, no hay recursos ni estabilización del entorno.

Origen y proclamación del Día Internacional
La idea de dedicar un día internacional a la geodiversidad surgió a partir de una propuesta de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) y contó con el respaldo de unas 108 organizaciones científicas internacionales. En la Conferencia General de la UNESCO, en noviembre de 2021, los 193 Estados Miembros aprobaron la creación formal del Día Internacional de la Geodiversidad, fijando su celebración el 6 de octubre.
Este día sirve como recordatorio anual del papel fundamental que la geodiversidad desempeña en la provisión de servicios y beneficios a la sociedad, así como la necesidad de una gestión más sostenible del patrimonio geográfico. La UNESCO, a través del Programa Internacional de Ciencias de la Tierra y Geoparques (IGGP), coordina esta iniciativa y busca fomentar la investigación, la cooperación y la educación geocientífica.
Uno de los objetivos es que el Día Internacional de la Geodiversidad contribuya a la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, integrando el conocimiento geocientífico en políticas que aborden recursos minerales, riesgos naturales, cambio climático y pérdida de biodiversidad.
Mensaje de la UNESCO
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, destacó en su mensaje que la geodiversidad “contribuye a la producción de alimentos, a la gestión del agua y la producción de energía; y es fundamental para la transición ecológica”. Al mismo tiempo, resaltó que si los recursos minerales se usan de forma responsable, pueden generar empleo y riqueza mientras impulsan un desarrollo menos dependiente del carbono.
Este enfoque subraya la necesidad de equilibrar el uso de los recursos geológicos con la conservación y la sostenibilidad, evitando explotaciones irresponsables que degraden ambientes naturales o afecten comunidades locales.
Desafíos y oportunidades
Celebrar este día implica asumir varios desafíos y reconocer oportunidades:
- Desconocimiento público: Muchas personas no conocen el concepto de geodiversidad ni su relevancia. Es necesario impulsar campañas educativas y divulgativas.
- Integración en políticas: Las decisiones sobre uso del suelo, minería, planificación urbana y adaptación climática deben incorporar criterios geocientíficos.
- Protección del patrimonio geológico: Al igual que existen parques naturales o reservas biológicas, deben protegerse sitios geológicos de valor (geositios, formaciones singulares).
- Equidad y justicia: El acceso a los recursos minerales puede generar conflictos. Las comunidades locales deben tener voz en su explotación.
- Investigación y formación: Fomentar vocaciones científicas, especialmente en países en desarrollo, y promover la cooperación internacional en geociencias.
Al mismo tiempo, el Día Internacional brinda la oportunidad de:
- Organizar actividades educativas, salidas de campo, visitas a geoparques, exposiciones.
- Impulsar alianzas entre gobiernos, academia, sociedad civil y sector privado para gestionar los recursos geológicos de manera responsable.
- Atraer a jóvenes y mujeres hacia carreras en geociencias, algo que la UNESCO considera prioritario, especialmente en regiones con menor representación científica.
- Visibilizar la conexión entre geodiversidad y los retos globales (cambio climático, pérdida de biodiversidad, riesgos naturales).
Un llamado a la acción
El Día Internacional de la Geodiversidad no debe quedarse en una efeméride simbólica. Es una invitación a reconocer que nuestro planeta no se sostiene solo por organismos vivos, sino por una compleja red física de minerales, rocas, aguas y procesos geológicos.
Para ciudadanos, implica informarse, valorar el patrimonio geológico local y exigir decisiones políticas que consideren el suelo, la estabilidad del terreno, el manejo del subsuelo. Para gobiernos y planificadores, significa incorporar geociencias en la planificación urbana, en la extracción de recursos y en estrategias de mitigación de desastres. Para el sector educativo y científico, es un estímulo para integrar estos temas en currículos escolares y universitarios y promover investigaciones aplicadas.
Si queremos sociedades sostenibles, resilientes y equilibradas frente al cambio climático, la geodiversidad debe ocupar un espacio central en la agenda global. En este 6 de octubre, recordemos que la Tierra nos da más que vida: nos da la estructura, el soporte y el entorno en el que esa vida puede existir.