Cada 22 de junio, el mundo gira la mirada hacia uno de sus tesoros naturales más amenazados: los bosques tropicales. Esta fecha, establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tiene como objetivo principal visibilizar la importancia ecológica, social y climática de estos ecosistemas, cuya supervivencia se encuentra en riesgo.
Los bosques tropicales se extienden por regiones de América del Sur, África y el sudeste asiático, ubicados entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio, en zonas de clima cálido y alta humedad. Se desarrollan en áreas macrotérmicas y son el hogar de una biodiversidad asombrosa, que va desde diminutos insectos hasta grandes mamíferos, además de miles de especies vegetales únicas.
Más allá de su belleza y riqueza natural, estos bosques cumplen funciones vitales para el equilibrio del planeta. Actúan como esponjas de dióxido de carbono, absorbiendo grandes cantidades de CO₂ y ayudando a mitigar el cambio climático. Al mismo tiempo, producen oxígeno, regulan el ciclo del agua y protegen los suelos de la erosión.
Sin embargo, su existencia está gravemente amenazada. Según datos citados por ambiente.chubut.gov.ar, cada año se pierden hasta 10 millones de hectáreas de bosques tropicales. Las principales causas son la deforestación indiscriminada, los incendios forestales, la expansión urbana y agrícola, la construcción de infraestructura y el avance de cultivos ilícitos. Estas prácticas no solo destruyen hábitats esenciales, sino que también agravan la crisis climática al liberar gases de efecto invernadero.
El impacto de los bosques tropicales va más allá de lo ambiental. Son fuente de alimentos, medicinas y materiales de construcción para millones de personas, especialmente para comunidades locales que viven en o alrededor de estas regiones. Por ello, su conservación es clave para erradicar la pobreza y avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
El 22 de junio nos invita a reflexionar y actuar. Proteger los bosques tropicales no es solo una tarea de ambientalistas o gobiernos: es una responsabilidad compartida de toda la humanidad. Cuidarlos es cuidar la vida.