En la ciudad de Santa Fe estuvo marcada por un episodio de extrema tensión: un Volkswagen Polo que ingresaba a una estación de servicio en la intersección de Salvador del Carril y Aristóbulo del Valle, en barrio Sargento Cabral, comenzó a incendiarse justo antes de llegar a los surtidores.
El auto había llegado para cargar GNC y, sin que su conductor lo advirtiera, empezó a largar humo desde el capó. El hombre, vecino de Monte Vera, no notó el desperfecto hasta que automovilistas y trabajadores de la estación comenzaron a hacerle señas para que se detuviera.
“Ya estaba entrando al sector de carga cuando me avisaron. No sentí olor ni escuché nada raro. Apenas bajé, vi humo y fuego saliendo del capó. Si no me gritaban, me estacionaba al lado de los surtidores”, relató el conductor en diálogo con AIRE de Santa Fe.
La rápida reacción de quienes estaban en el lugar resultó clave. Al no poder sofocar el fuego con matafuegos, decidieron empujar el auto hacia la calle Salvador del Carril, alejándolo de las bombas de gas y nafta, ubicadas a pocos metros. Entre los que colaboraron estuvo un remisero que circulaba detrás del vehículo y se sumó a la maniobra.
“Cuando vimos que no se apagaba, lo empujamos. Si se quedaba junto a los surtidores, podía ser mucho peor”, contó uno de los testigos.
Minutos después, personal de Bomberos Zapadores llegó al lugar y consiguió controlar las llamas, que ya habían destruido la parte delantera del automóvil. El operativo obligó a cortar completamente el tránsito sobre Salvador del Carril, lo que generó desvíos hasta que la policía ordenó la circulación en la zona.
El hecho, registrado en uno de los corredores más transitados de la capital provincial, no dejó heridos gracias a la intervención de automovilistas y trabajadores. Su rápida acción impidió que el incendio alcanzara los surtidores, lo que podría haber desencadenado una tragedia mayor.