La provincia de Santa Fe vivió este miércoles un hecho histórico con la aprobación definitiva de la nueva Constitución, que sustituirá al texto vigente desde 1962. La Convención Reformadora, que se había puesto en marcha el pasado 14 de julio en la Legislatura, culminó tras dos meses de plenarios, debates y dictámenes con una votación general que registró 52 votos a favor y 17 en contra.

El cierre del proceso se dio en dos jornadas consecutivas, iniciadas el martes por la tarde y finalizadas este miércoles. Los 69 convencionales tuvieron la palabra antes de que Felipe Michlig, presidente de la Convención, leyera el preámbulo del flamante texto. Michlig destacó que el 93 % de los artículos alcanzó mayorías superiores a los dos tercios, lo que definió como una reforma de “altísimo consenso”.
La nueva Constitución está integrada por 161 artículos distribuidos en cinco partes, además de 27 disposiciones transitorias. Se modificaron 42 artículos habilitados por ley y se incorporaron 46 nuevos, entre los cuales figura el que permite al actual gobernador Maximiliano Pullaro competir por un segundo mandato consecutivo en 2027.

Durante la sesión, Pullaro —convencional constituyente además de gobernador— celebró el resultado: “Esta Constitución moderna y de avanzada es mejor de lo que imaginábamos. La construimos junto con la sociedad civil, en un ejercicio democrático que pocos creían posible”. También resaltó que el proceso rompió prejuicios y se apoyó en el diálogo.
Más tarde, agregó: “Lo más valioso fue el consenso alcanzado. Esta Constitución es de vanguardia y coloca a Santa Fe en un lugar distinto dentro de la Argentina”. El mandatario subrayó que el texto elimina privilegios de la política, consagra el equilibrio fiscal, eleva a rango constitucional la Ficha Limpia y limita el poder del Ejecutivo.
La reforma alcanzada contrasta con los intentos frustrados de Carlos Reutemann, Jorge Obeid, Hermes Binner y Miguel Lifschitz, convirtiéndose en una verdadera deuda histórica saldada después de más de seis décadas.
Entre los principales cambios aprobados se encuentra la reelección de todas las autoridades ejecutivas y legislativas por un solo mandato consecutivo: gobernador, vicegobernador, intendentes, concejales, diputados y senadores. Además, se elimina la mayoría automática en la Cámara de Diputados, adoptando el sistema D’Hondt para repartir las 50 bancas. Otro punto clave es la obligación de incluir en las listas legislativas al menos un representante de cada uno de los 19 departamentos provinciales.
El calendario legislativo también se modificó: las sesiones ordinarias comenzarán el 15 de febrero y se extenderán hasta el 30 de noviembre. En cuanto a la participación ciudadana, se incorpora la revocatoria de mandatos y se amplía el catálogo de derechos con la inclusión de las víctimas de delitos.
Respecto al Poder Judicial, el nuevo texto crea un Ministerio Público autónomo que incluye el Ministerio Público Fiscal y el de la Defensa. Se fijan límites de edad para integrar la Corte Suprema provincial (máximo 75 años) y nuevas reglas para la designación y enjuiciamiento de jueces, fiscales y defensores.
El régimen municipal también cambia: se elimina la categoría de comunas, todas las localidades pasan a ser ciudades, y se reconoce la autonomía municipal, aunque deberá ser ratificada por cada Concejo. Se formaliza, además, la creación de regiones y áreas metropolitanas.
La promulgación se realizará el próximo viernes a las 17 en la Legislatura provincial con un acto de jura que contará con las máximas autoridades de los tres poderes del Estado y los convencionales.

En cuanto al debate político, el oficialismo sumó el apoyo de algunos sectores del justicialismo, mientras que los rechazos provinieron de bloques como La Libertad Avanza y Somos Vida. Nicolás Mayoraz cuestionó que la reforma no supere en calidad a la de 1962 y advirtió que la autonomía municipal aumentará la presión impositiva. Amalia Granata, en tanto, sostuvo que “la sociedad no participó del proceso”.
Otros bloques, como el Frente de la Esperanza y Activemos, marcaron matices: Ariel Sclafani definió la nueva Constitución como “un sólido edificio”, mientras que Marcelo Lewandowski lamentó que quedara “a mitad de camino en materia de coparticipación”.
Finalmente, Fabián Bastía, ministro de Gobierno y presidente del bloque Unidos, sintetizó el espíritu de la reforma: “La Constitución que aprobamos es hija del diálogo. Sienta las bases del fortalecimiento institucional, el crecimiento y la transformación de Santa Fe”.