El 20 de septiembre de 1946 marca una fecha clave en la historia de los trabajadores petroleros en Argentina: ese día se fundó la Federación de Sindicatos Unidos Petroleros del Estado (SUPeH), también conocida como la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA), que agrupa a los petroleros de todo el país.
Fue en el “Salón Caboverdiano” de Ensenada donde distintos sindicatos petroleros yypefeanos se unieron para formar una organización nacional con voz propia.
La fecha no solo simboliza la organización gremial, sino el reconocimiento al trabajo de quienes extraen, procesan, transportan y refinan los hidrocarburos, labor que implicó grandes sacrificios, riesgos y contribuciones al desarrollo nacional.

El contexto histórico del sindicato petrolero
La conformación de SUPeH / FeTERA
Desde su fundación, la Federación supo agrupar sindicatos y trabajadores ligados directamente a YPF (la empresa estatal), y a otros sectores relacionados con la extracción y distribución energética.
Los primeros secretarios nacionales fueron Pedro Gomis, Carlos E. Pierini, Luis Luján, Juan C. Fumagalli y Pedro Glenza, entre otros líderes que intervinieron activamente para consolidar los derechos laborales en un momento de cambios políticos y económicos intensos en la Argentina de posguerra.
Políticas públicas, YPF y la industria petrolera nacional
El trabajo sindical no se desarrolló en un vacío: la estatal YPF ha sido una pieza central del esquema energético argentino, desde sus primeros años hasta la actualidad. La existencia de un sindicato fuerte como SUPeH y FeTERA impulsó negociaciones sobre salarios, condiciones de seguridad, regulación laboral, y también reclamó protección para los trabajadores frente a la fluctuación del petróleo, influencias extranjeras, ventas de concesiones, privatizaciones, etc.
La historia del petróleo argentino, que arranca con los descubrimientos en Comodoro Rivadavia en 1907, evolucionó con la construcción de infraestructura como refinerías, oleoductos y el rol estratégico de YPF en materia económica, energética y de desarrollo territorial.
Lo que significa para los trabajadores petroleros
Condiciones laborales, riesgos y reivindicaciones
Los trabajadores petroleros realizan tareas con alto riesgo: extracción en zonas remotas, exposición a sustancias químicas, operación de maquinaria pesada, condiciones climáticas extremas, trabajos en plataformas, mantenimiento, transporte de hidrocarburos, emergencias, etc.
A lo largo de los años, estos trabajadores han luchado por mejores salarios, jornadas razonables, seguridad e higiene en los puestos de trabajo, capacitación, contratación estable, obra social, y protección frente a enfermedades ocupacionales.
El sindicato ha sido la vía institucional para esas reivindicaciones: negociaciones colectivas, convenios, acuerdos con el Estado y las empresas, así como participación en leyes que regulan la industria energética.
Aportes al desarrollo económico y social
El petróleo no sólo es parte del aparato productivo. Ha sido motor para la creación de empleos directos e indirectos, desarrollo de ciudades y comunidades petroleras, inversión en servicios públicos, infraestructura, transporte y ha fortalecido la soberanía energética del país.
Regiones como la Patagonia, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Río Negro, entre otras, deben mucho de su desarrollo al petróleo: población, rutas, puertos, generación de divisas por exportaciones, empresas locales y proveedores que trabajaron en cadena con las actividades petroleras.
Avances tecnológicos y transformaciones en la industria
El sector petrolero ha cambiado muchísimo desde mediados del siglo XX hasta hoy:
- Mejora en las técnicas de extracción, incluidos los desarrollos de petróleo no convencional (como Vaca Muerta) que implican fractura hidráulica, perforaciones profundas, manejo de shale gas, etc.
- Automatización y digitalización de muchos procesos de control, monitoreo, seguridad, lo que puede mejorar tanto eficiencia como reducir riesgos laborales.
- Mejores estándares ambientales: leyes, normas de impacto ambiental, planes de mitigación, regulación de emisiones, tratamiento de residuos, responsabilidades sociales empresarias.
- Integración con energías alternativas y transición energética: cómo combinar el rol del petróleo/gas con energías renovables para enfrentar el cambio climático.
Desafíos que persisten
Inestabilidad económica y precios internacionales
La industria petrolera global sufre de ciclos de precios. Cuando el barril sube, los beneficios pueden ser grandes; cuando baja, hay recesión, reducción de inversiones, riesgos de despidos, falta de mantenimiento, etc. Los trabajadores suelen estar expuestos a esos vaivenes.
Sustentabilidad ambiental
Extracción, transporte y refinación de hidrocarburos impactan ecosistemas, generan contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero. En Argentina, hay preocupación creciente por cómo hacer que la industria sea más limpia, segura y responsable con el ambiente.
Infraestructura y logística
Para explotar plenamente los yacimientos más modernos y remotos se requieren mejores caminos, oleoductos, transporte, redes eléctricas, plantas de procesamiento, almacenamiento, etc. En muchas áreas hay déficit tecnológico o inversiones insuficientes.
Condiciones laborales y formación profesional
Necesidad de capacitación constante —las nuevas tecnologías implican nuevos riesgos y requieren trabajadores capacitados—, mejor equipamiento de seguridad, condiciones de vida decente en zonas alejadas, estabilidad de empleo y protección social.
Significado contemporáneo del 20 de septiembre
Hoy el Día del Trabajador Petrolero no es solo una efeméride gremial, sino también una oportunidad para hacer balances, homenajear a quienes trabajan en condiciones difíciles, y plantear las exigencias hacia el futuro.
- Es un momento para que sindicatos como SUPeH FeTERA recuerden su origen fundacional, reivindiquen conquistas pasadas y definan nuevas luchas.
- Equilibrar la necesidad de producción energética y crecimiento económico con responsabilidad ambiental y social.
- Poner sobre la mesa la innovación tecnológica y la transición energética, sin dejar atrás al trabajador, que debe ser parte de ese proceso.
- Propuestas para mejorar la seguridad, las condiciones de trabajo en plataformas, zonas remotas o bajo condiciones climáticas extremas.
Casos destacados, ejemplos y perspectivas
Vaca Muerta como faro de potencial
Aunque la efeméride no está directamente ligada a Vaca Muerta, no se puede hablar de futuro petrolero argentino sin mencionar esta cuenca de hidrocarburos no convencionales en Neuquén. Su explotación, logística, ambientalidad y regulación son una prueba de fuego para lo que viene.
Papel del sindicalismo y participación ciudadana
El SUPeH, FeTERA y otros sindicatos han sido (y siguen siendo) actores clave para que los derechos de los trabajadores sean respetados, para negociar mejores condiciones, para hacer cumplir leyes de seguridad e higiene, para exigir transparencia, etc.
También es clave la participación de comunidades locales: pueblos originarios, habitantes de zonas petroleras que conviven con la actividad, quienes sufren impactos ambientales, contaminación, riesgos. Que sean parte de los debates es imprescindible para una industria más justa.
Cómo se vivencia este día en distintas regiones
- En regiones petroleras como Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Río Negro, o donde operan plataformas o refinerías, coordinación de actos gremiales, homenajes a quienes han muerto o sufrido accidentes, reconocimientos públicos.
- Charlas técnicas, jornadas sobre seguridad en el trabajo, sobre nuevos desafíos tecnológicos, sobre impacto ambiental.
- En escuelas o facultades, especialmente las de ingeniería petrolera, se realizan actividades de difusión, para despertar vocaciones, y sensibilizar sobre la importancia de la industria.
- Empresas del sector hacen declaraciones institucionales, reconocen logros de empleados, a veces adoptan compromisos adicionales en mejoras sociales y de seguridad.
Conclusión: 20 de septiembre, más que un día de sindicato
El Día del Trabajador Petrolero es mucho más que una fecha en el calendario: es memoria, reconocimiento y llamada al futuro.
Reconocer al trabajador petrolero es reconocer que sin ellos no habría extracción, refinación ni transporte de los hidrocarburos que alimentan la matriz energética nacional, que generan valor, empleo y desarrollo.
Pero también es momento de cuestionar: ¿cómo será el trabajo petrolero dentro de 10-20 años?, ¿cómo compatibilizar producción con sostenibilidad ambiental?, ¿cómo asegurar derechos, seguridad, capacitación, salud y estabilidad para quienes viven de esta industria?