Osvaldo Piro, una de las figuras más emblemáticas del tango argentino, falleció a los 88 años y su partida deja un profundo vacío en la música ciudadana. Bandoneonista, compositor, arreglador y director, Piro marcó generaciones con su talento y sensibilidad. Mantuvo una relación de décadas con la cantante Susana Rinaldi y tuvo como padrino artístico nada menos que a Aníbal Troilo.
La noticia fue confirmada por Cadena 3, que informó que los restos del artista serán velados este jueves 7 de agosto a partir de las 17 horas en el Salón Leopoldo Marechal, en la ciudad de La Falda, provincia de Córdoba.
Nacido el 1 de enero de 1937 en el barrio porteño de La Paternal, Piro se inició en la música desde muy chico. A los 15 años debutó en la orquesta de Ricardo Pedevilla, y solo un año más tarde pasó a formar parte de la formación dirigida por Alfredo Gobbi, dando así sus primeros pasos en el circuito profesional del tango.
Entre sus composiciones más recordadas se encuentran Azulnoche y Octubre. Su carrera lo llevó a difundir el tango por el mundo, presentándose en países tan diversos como Finlandia y Japón. En Suecia, incluso dirigió en la prestigiosa Academia de Música de Estocolmo.
En los años 60, Piro encontró en Córdoba su lugar en el mundo y se instaló definitivamente en la provincia. Allí desarrolló una intensa actividad cultural componiendo música para cine y teatro. Su trayectoria incluye haber sido director de la Orquesta Nacional de Música Argentina entre 1994 y 2000, y de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba entre 2003 y 2009. Además, entre 2001 y 2004 condujo un programa en Radio Nacional, consolidando su compromiso con la difusión de la música popular.
El legado de Osvaldo Piro perdurará en las partituras, en las grabaciones y en el corazón del tango argentino.