El avión en el que viajaba Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE), experimentó “interferencias” en pleno vuelo, informó este lunes la institución comunitaria. La aeronave cubría el trayecto entre Polonia y Bulgaria cuando se detectaron alteraciones en el sistema de posicionamiento satelital (GPS), lo que levantó sospechas sobre una posible acción de Rusia, según publicó el medio alemán DW.
“Podemos confirmar que hubo interferencias en el GPS, pero el avión aterrizó sin incidentes”, declaró Arianna Podestà, vocera de la Comisión, al confirmar el episodio. La funcionaria añadió que las autoridades búlgaras comunicaron a Bruselas que consideran a Moscú como principal responsable de lo que calificaron como una “flagrante interferencia”.
“Somos muy conscientes de que las amenazas y la intimidación son un componente habitual de las acciones hostiles de Rusia”, remarcó Podestà, al tiempo que sostuvo que esta situación “reforzará aún más el compromiso inquebrantable de aumentar las capacidades defensivas y el apoyo a Ucrania”.
La portavoz también señaló que el incidente “subraya la urgencia del actual viaje de la presidenta a los Estados miembros de primera línea, donde ha podido observar de primera mano las amenazas diarias de Rusia y sus aliados”. En los últimos días, Von der Leyen realiza una gira por países limítrofes con Moscú: tras visitar Polonia, el domingo se trasladó a Bulgaria, donde se registró el episodio.
Consultada sobre si el hecho pudo haber sido un ataque directo contra la presidenta, Podestà respondió: “Lo mejor es plantear la pregunta a los rusos, si es que realmente han sido ellos quienes lo han llevado a cabo, como sospechan las autoridades búlgaras, y a las propias autoridades que están investigando el asunto”.
La denuncia se conoció casi en simultáneo con un reporte de Reuters, que confirmó que el avión de Von der Leyen sufrió una interferencia en su sistema de navegación al aproximarse a la ciudad búlgara de Plovdiv. Allí, los controladores aéreos tuvieron que recurrir a sistemas terrestres para garantizar un aterrizaje seguro.
Aunque el gobierno ruso no respondió de inmediato a los señalamientos, la Comisión Europea advirtió que seguirá destinando recursos al refuerzo militar y a la seguridad del bloque. “La Unión Europea seguirá invirtiendo en defensa y en la preparación de Europa”, aseguró Podestà.
No se trata de un caso aislado. Estonia ya había acusado a Rusia de manipular señales de GPS en la región báltica el año pasado, lo que incluso obligó a la aerolínea Finnair a desviar vuelos con destino a Tartu. Según especialistas, estas interferencias consisten en emitir desde tierra señales más potentes que las satelitales, bloqueando las comunicaciones por radio y generando complicaciones para la navegación aérea.
El comisario de Defensa de la UE, Andrius Kubilius, adelantó que el bloque planea aumentar la cantidad de satélites en órbita baja con el fin de detectar y contrarrestar estas operaciones. Mientras tanto, Bruselas refuerza el mensaje: “La seguridad de Europa depende de estar preparados ante las amenazas constantes de Rusia y sus representantes”.