París vivió este jueves una jornada marcada por protestas masivas y enfrentamientos con la policía en el marco de una huelga nacional contra los planes de ajuste del gobierno de Francia. Más de 230 manifestaciones se registraron en distintas ciudades, mientras sindicatos y trabajadores de múltiples sectores reclamaron mayor inversión en servicios públicos, impuestos más altos a los ricos y la anulación de la reforma previsional que sigue generando rechazo.
Según informó France 24, la convocatoria fue encabezada por las principales centrales sindicales, que impulsaron la huelga general en oposición al proyecto de presupuesto 2026. El despliegue de seguridad fue inédito: se movilizaron 80.000 policías y gendarmes, además de blindados, cañones de agua y drones de vigilancia.

El Ministerio de Educación reportó que 75 institutos educativos fueron bloqueados total o parcialmente: en 23 de ellos no hubo actividad alguna y en otros 52 la medida se aplicó de forma parcial. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, había estimado previamente que solo 22 escuelas habían sufrido intentos de bloqueo, cifra considerada mínima en relación a las 3.700 que funcionan en todo el país.
La tensión escaló en París, donde la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, mientras algunos grupos respondieron con el lanzamiento de objetos y destrozos en bancos y comercios. Más de 90 personas fueron detenidas.

Los sindicatos afirmaron que cientos de miles de trabajadores se movilizaron en todo el país, entre ellos docentes, farmacéuticos, personal hospitalario y conductores de trenes. El transporte público, especialmente el metro de París, sufrió severas interrupciones, con solo tres líneas automatizadas funcionando con normalidad.
Las protestas apuntaron contra el plan de recortes de 44.000 millones de euros impulsado por el anterior primer ministro François Bayrou, todavía en discusión bajo la gestión de Sébastien Lecornu. El actual premier prometió revisar privilegios para exmandatarios y frenar medidas impopulares, pero las centrales sindicales advirtieron que la magnitud de la protesta refleja un fuerte descontento social.

El propio Ministerio del Interior calculó que entre 600.000 y 900.000 personas podrían sumarse a las manifestaciones, aunque finalmente el número oficial fue de 260.000. Para los gremios, sin embargo, la participación superó los 400.000.
Las escenas de tensión se repitieron en Marsella, Lyon y Lille, donde hubo enfrentamientos entre jóvenes y la policía, además de bloqueos en estaciones de autobuses. Incluso alumnos secundarios se sumaron a la protesta con pancartas como “bloquea tu escuela contra la austeridad”.
Los sindicatos celebraron la jornada como la más importante desde las históricas movilizaciones de 2023 contra el aumento de la edad jubilatoria impuesto por Emmanuel Macron sin votación parlamentaria.