En medio de la escalada bélica entre Israel e Irán, el gobierno israelí ordenó el cierre temporal de todas sus embajadas en el exterior, incluida la que funciona en Argentina. La decisión responde a un protocolo de seguridad ante potenciales amenazas vinculadas al conflicto en Medio Oriente, según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país.
Las autoridades israelíes también solicitaron a sus ciudadanos en el extranjero que notifiquen su ubicación y estado, con el objetivo de poder activar rápidamente medidas de protección en caso de emergencias internacionales.
En Argentina, país que alberga una de las comunidades judías más importantes del continente, el cierre de la sede diplomática en Buenos Aires fue confirmado por fuentes oficiales. “Se trata de una decisión global, sin relación directa con la situación local”, aclararon voceros de la delegación israelí.
El embajador en Argentina, Eyal Sela, se encuentra actualmente en Israel, donde participó en las actividades oficiales del presidente Javier Milei durante su visita reciente. En declaraciones a medios radiales, Sela se refirió a la amenaza nuclear que representa Irán y justificó la reciente ofensiva israelí como una acción de defensa preventiva. “No podíamos seguir esperando. Irán está desarrollando misiles y uranio enriquecido a niveles peligrosos”, afirmó.
Israel sostiene que su ofensiva, denominada Operación León Naciente, apunta exclusivamente a instalaciones militares y nucleares iraníes. Desde Teherán, la respuesta no tardó en llegar: el líder supremo Ali Jamenei condenó los ataques y advirtió que Israel “se enfrenta a un destino oscuro”.
En el plano local, el Ministerio de Seguridad argentino activó un refuerzo especial en edificios vinculados a la comunidad judía. Entre los puntos clave están la sede de la AMIA, la embajada israelí, sinagogas históricas como la de la calle Libertad y colegios como la red ORT. La medida se adopta en un contexto de alta sensibilidad, con antecedentes dolorosos como los atentados de 1992 y 1994, cuya responsabilidad, según la Justicia argentina, recae en funcionarios del régimen iraní y en la organización Hezbollah.
La tensión internacional también creció tras la muerte de altos mandos militares iraníes en bombardeos israelíes recientes. Según voceros castrenses, se trató de una acción para frenar “una amenaza existencial” ante el posible acceso de Irán a armas nucleares.
Mientras el conflicto se intensifica y las embajadas israelíes permanecen cerradas, crece la preocupación por su impacto global. Para Argentina, con su historia marcada por el terrorismo internacional, el eco de este enfrentamiento no pasa desapercibido.