Israel llevó a cabo un bombardeo aéreo en las inmediaciones del palacio presidencial de Damasco como respuesta directa a la violencia creciente contra la comunidad drusa en Siria. El primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, confirmaron la operación, que tuvo como objetivo enviar un mensaje claro al régimen sirio: “No toleraremos amenazas contra los drusos ni la presencia militar al sur de Damasco”.
Según informó el Ejército israelí, los aviones de combate atacaron posiciones próximas al palacio presidencial tras los recientes enfrentamientos entre drusos y fuerzas progubernamentales, que han provocado al menos 102 muertos. La violencia estalló tras la difusión en redes sociales de una grabación considerada blasfema hacia el profeta Mahoma, atribuida a un ciudadano druso, lo que generó represalias por parte de sectores islamistas.
El líder espiritual druso Sheikh Hikmat al-Hijri denunció una “campaña genocida” contra su comunidad y responsabilizó a milicias extremistas apoyadas por el régimen sirio. Mientras tanto, Damasco acusó a “grupos fuera de la ley” de instigar los disturbios y desplegó tropas en la ciudad de Sahnaya para contener la situación.
La crisis también provocó una reacción internacional. El Departamento de Estado de Estados Unidos condenó la violencia y la retórica sectaria, calificándolas de “reprobables e inaceptables”. Por su parte, Israel evacuó a dos drusos heridos hacia su territorio para recibir atención médica.
En Sweida, líderes drusos se reunieron y reafirmaron su compromiso con la unidad del pueblo sirio, rechazando cualquier intento de fragmentación. Sin embargo, la desconfianza hacia el nuevo poder islamista en Siria, que derrocó a Bashar al-Assad en diciembre, sigue en aumento, al tiempo que Israel promete seguir interviniendo si la minoría drusa vuelve a estar en peligro.