Una mujer fue hallada maniatada y semiinconsciente en una playa de la localidad de Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz. La víctima alegó que dos hombres la secuestraron, la amenazaron con tirarla al mar y luego la abandonaron en un paraje desolado. La investigación apunta a un posible ajuste de cuentas relacionado con una deuda de drogas.
La mujer, de 28 años, fue encontrada al borde de un acantilado en la zona norte de Puerto Deseado. Según detallaron fuentes locales, permanecía atada y desorientada cuando fue descubierta. La primera información señala que el episodio podría estar vinculado a un conflicto narco.
Un grupo de personas que circulaba por el camino hacia la Cueva de los Leones la encontró cerca de las 19 del domingo. La rápida asistencia de los transeúntes permitió que fuera atendida por personal médico y policial, quienes recibieron su testimonio en las primeras horas de la noche.
De acuerdo con el parte médico, la joven está fuera de peligro, aunque continúa bajo contención psicológica y supervisión profesional.
En su declaración, la mujer explicó que caminaba por la zona de la cancha de Deseado Juniors, en la calle 25 de Mayo, cuando dos hombres la interceptaron y la obligaron a subir a un auto blanco. Con las manos atadas, fue trasladada unos tres kilómetros hasta los acantilados de la costa norte.
Una vez allí, relató que los agresores la amenazaron de muerte e intentaron arrojarla al mar, aunque finalmente desistieron y la dejaron a pocos metros del borde del precipicio, en un sector de difícil acceso.
Tras el rescate, fue trasladada al Hospital Distrital de Puerto Deseado, donde recibió atención primaria y estudios de control. Los profesionales constataron lesiones menores y un fuerte cuadro de shock emocional.
La Policía de Santa Cruz y la Fiscalía local mantienen activa la investigación para identificar a los responsables y determinar los móviles del ataque. Hasta el momento, no hay detenidos ni sospechosos identificados.
Los investigadores vinculan el hecho con una deuda de drogas atribuida a la pareja de la víctima, una hipótesis inicial basada en antecedentes similares registrados en la región. Aun así, las autoridades no descartan otras líneas de investigación.








