En coincidencia con los dos años de la asunción presidencial, el Gobierno de Javier Milei inició este miércoles 10 de diciembre una nueva etapa institucional marcada por el relanzamiento de la gestión, el funcionamiento del Congreso renovado y el comienzo de las sesiones extraordinarias. Dentro de ese marco, todas las carteras nacionales difundieron, a través de sus redes sociales, nuevos símbolos oficiales que integran elementos representativos de su misión y de los objetivos fijados para este periodo.


El primero en hacerse público fue el de la Jefatura de Gabinete, que ahora encabeza Manuel Adorni. Desde Presidencia explicaron que el emblema conserva el escudo nacional, asociado a la unidad republicana y a la soberanía, para reafirmar el rol estratégico del área en la coordinación general del Poder Ejecutivo.
Por su parte, el Ministerio de Economía, bajo la conducción de Luis “Toto” Caputo, presentó un símbolo basado en el cadúceo, figura histórica vinculada al comercio y la comunicación. El diseño incorpora las serpientes entrelazadas —que representan equilibrio entre los actores económicos— y unas alas que evocan agilidad, modernización y dinamismo.
En el Ministerio de Seguridad Nacional, cartera que pasó de Patricia Bullrich a Alejandra Monteoliva, se adoptó un emblema centrado en un águila. Según se informó, este animal simboliza vigilancia, autoridad y protección, además de la capacidad del Estado para anticiparse y ejercer control territorial.
Otra dependencia que modificó su sello fue el Ministerio de Defensa, que cambió de titular con la salida de Luis Petri y la llegada de Carlos Presti. Su nuevo escudo incorpora los sables del Ejército Argentino, elementos que remiten a la tradición militar, la disciplina y la defensa del territorio nacional.

En paralelo, con el desembarco de Diego Santilli en el Ministerio del Interior, la cartera sumó la flor de ceibo, elegida por su carácter de símbolo nacional de identidad y unidad federal. Representa también el vínculo entre la Nación y las provincias y la tarea de fortalecer la cohesión territorial e institucional.
El Ministerio de Desregulación del Estado, encabezado por Federico Sturzenegger, incluyó una antorcha, asociada a la guía, la claridad y la transformación. Su luz busca transmitir la idea de derribar barreras, impulsar reformas y abrir nuevos caminos.
En el Ministerio de Capital Humano, conducido por Sandra Pettovello, que incorpora el libro como símbolo universal de la educación, pilar fundamental del desarrollo del capital humano. Simboliza conocimiento, formación y progreso. Reafirmando el compromiso de impulsar políticas que potencien las capacidades y oportunidades de cada argentino..
El Ministerio de Justicia, bajo la dirección de Mariano Cúneo Libarona, sumó un símbolo universal: la balanza, asociada a la equidad, la verdad y el equilibrio. Con ella se reafirma el compromiso estatal con la imparcialidad, la transparencia y el respeto al debido proceso.
En tanto, el Ministerio de Salud, conducido por Mario Lugones, adoptó la vara de Esculapio, emblema histórico de la medicina. El símbolo busca reflejar sabiduría, cuidado y la dedicación del sistema sanitario para proteger la vida de toda la población.
En tanto, el Cancillería Argentina, conducido por Pablo Quirno, adoptó la imagen de un mapa mundial. Busca reflejar las relaciones bilaterales y la cooperación que se necesita para generar acuerdos y objetivos en común con el resto de paises del mundo.
También la Vocería Presidencial, aunque no constituye un ministerio, presentó su propio elemento distintivo: un atril, asociado a la comunicación institucional y a la palabra oficial del Gobierno, así como al compromiso de sostener un diálogo claro y directo con los ciudadanos.
La actualización de los sellos llega en un momento clave del Gobierno, mientras se cumplen dos años de la llegada de Milei a la Casa Rosada y el Ejecutivo busca reimpulsar su agenda con un Congreso más favorable que el de los primeros dos períodos legislativos.
Desde este 10 de diciembre y hasta el 30 de este mes, el Congreso sesionará en extraordinarias. El temario es amplio y abarca desde el Presupuesto 2026 hasta reformas laborales, tributarias y ambientales, lo que ya generó expectativas y tensiones en el ámbito político y empresarial.
Entre los proyectos más relevantes figura el Presupuesto General de la Administración Nacional para 2026, que definirá recursos y gastos del Estado para el próximo año y será clave para la planificación económica.
El Parlamento debatirá también la Ley de Inocencia Fiscal, que busca modificar el régimen impositivo vigente, y la Ley de Compromiso Nacional para la Estabilidad Fiscal y Monetaria, alineada con los principales lineamientos económicos del Gobierno.
En materia laboral, el Ejecutivo enviará el Proyecto de Ley de Modernización Laboral, destinado a actualizar las normas del empleo, en un debate que promete controversia sobre derechos y flexibilización.
El paquete extraordinario incluye además la Reforma del Código Penal, que propone cambios en definiciones y penas de diversos delitos, y la revisión de la Ley 26.639, sobre Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y el Ambiente Periglacial, lo que despertó alertas en sectores ambientales por su posible impacto sobre ecosistemas de alta montaña.

