Una madrugada que parecía tranquila terminó en tragedia sobre el Camino del Buen Ayre, cuando un joven de 25 años identificado como Joaquín Romero perdió la vida tras un fuerte impacto con su vehículo. Romero, quien era hijo del comisario mayor Ariel Romero Marín, regresaba a su domicilio en Bella Vista luego de haber compartido la final de la Champions League con su padre.
El accidente ocurrió a la altura del kilómetro 18, entre los partidos bonaerenses de Hurlingham e Ituzaingó. Según registraron las cámaras de seguridad del corredor vial, el auto de Romero —un Ford Focus negro— circulaba por el carril rápido cuando, por razones aún bajo investigación, perdió el control del vehículo. El rodado primero rozó el guardarraíl y luego terminó incrustándose contra una torre de iluminación, quedando detenido sobre el cantero central.
La violencia del impacto fue tal que provocó la muerte inmediata del joven, sin que los servicios de emergencia pudieran asistirlo. Un conductor que pasaba por la zona dio aviso al 911, lo que activó la llegada de personal policial, médico y una grúa de la concesionaria, aunque ya no había nada que pudieran hacer.
La investigación quedó a cargo del fiscal Roberto Tavolaro, titular de la UFI N° 1 Descentralizada de Ituzaingó, quien aguarda el resultado de la autopsia para definir los pasos judiciales. Hasta el momento, no se identificaron rastros de participación de terceros ni otros vehículos involucrados en el siniestro.