El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, informó que su cartera realizó nuevas compras de pesos en el “Blue Chip Swap” y en los mercados spot. El anuncio fue difundido a través de la cuenta oficial del funcionario, quien aseguró que el Tesoro norteamericano mantiene contacto directo con el equipo económico argentino.
“El Tesoro estadounidense se encuentra monitoreando todos los mercados y dispone de la capacidad para actuar con flexibilidad y fuerza con el objetivo de estabilizar Argentina”, publicó Bessent, quien expresó además el respaldo de Washington al Gobierno nacional al afirmar: “Estados Unidos está con Argentina”.
El denominado “Blue Chip Swap” corresponde al dólar conocido como “contado con liquidación” (CCL), que surge de la compraventa de bonos o acciones en diferentes mercados. La intervención oficial norteamericana en ese segmento se enmarcó en un apoyo político a las iniciativas locales para enfrentar el escenario cambiario.
En paralelo, la demanda de dólares se mantuvo firme en la antesala de las elecciones legislativas de medio término. El mercado financiero mostró un alto volumen de operaciones y una fuerte presión compradora, pese a la inusual participación del Tesoro de Estados Unidos. Operadores señalaron que la autoridad financiera norteamericana vendió unos 120 millones de dólares en una sola jornada, tras haber concretado ventas por 100 millones el día anterior.
Instituciones financieras internacionales notificaron a sus clientes sobre esta operatoria. Citi informó que ejecutó operaciones de compra y venta de dólares en nombre del Tesoro estadounidense en la plaza local, mientras que en la jornada previa esas órdenes habían sido gestionadas por Santander.
A pesar de estas intervenciones, el dólar mayorista volvió a alcanzar niveles récord. El tipo de cambio comercial subió 22 pesos, un 1,6% más en la jornada, para ubicarse en 1.402 pesos por unidad. Se trató del valor más alto desde la primera intervención directa de la administración de Donald Trump en el mercado argentino, ocurrida el 9 de octubre.
El segmento de contado registró operaciones por 676,9 millones de dólares, un volumen muy superior al promedio mensual habitual en épocas de baja liquidación del agro. Analistas vincularon esta cifra al aumento de la demanda privada de activos dolarizados como cobertura frente a la incertidumbre electoral.
Simultáneamente, el sistema financiero local absorbió una liquidez adicional de aproximadamente 2,1 billones de pesos, producto de fondos que no se destinaron a renovar vencimientos de deuda pública en moneda local. Este excedente de pesos impactó en las tasas de préstamos a muy corto plazo —que treparon al 100% anual entre privados— y en las cotizaciones de los dólares financieros.
El Banco Central había fijado en su última actualización del 14 de abril un techo de 1.488,59 pesos dentro del régimen de bandas cambiarias, lo que dejó un margen de 86,59 pesos (6,2%) sobre el cierre reciente del dólar mayorista. Según especialistas, la política de intervención directa logró frenar brevemente la suba del tipo de cambio, aunque su efectividad se vio limitada por la fuerte demanda de cobertura ante el clima electoral.
En materia de asistencia internacional, la Casa Blanca confirmó nuevas líneas de ayuda para Argentina, incluyendo un swap de 20.000 millones de dólares entre la Reserva Federal y el Banco Central, además de otro monto similar de fondos de inversión para la adquisición de activos argentinos.
De acuerdo con analistas del mercado, una parte importante de la compra de dólares por empresas y particulares respondió más a la anticipación de importaciones y la dolarización de ahorros minoristas que a la especulación. Sin embargo, esta persistente demanda de divisas limitó el impacto del respaldo estadounidense, que solo ofreció un alivio temporal.
En el plano político, fuentes del equipo económico admitieron que la expectativa está puesta en lograr un resultado legislativo favorable que le otorgue al oficialismo margen para avanzar con reformas en los planos laboral, fiscal y regulatorio.
El ministro de Economía sostuvo que el objetivo es concretar el swap con Estados Unidos antes de las elecciones de octubre. En ese contexto, operadores estiman que el Banco Central podría flexibilizar el actual esquema de bandas cambiarias luego de los comicios, dada la dificultad de sostener el sistema pese al apoyo proveniente de Washington.
El Tesoro argentino, por su parte, realizó recientemente una colocación de deuda local por 1,76 billones de pesos —equivalentes a unos 1.272 millones de dólares—, cifra que cubrió menos de la mitad de los vencimientos previstos. Esa diferencia incrementó la liquidez del mercado y alimentó la demanda de instrumentos dolarizados.
Los analistas calificaron de inédito el respaldo financiero estadounidense en esta coyuntura y no descartaron que este tipo de medidas puedan replicarse en otros países emergentes con dificultades, como Pakistán o Jordania, donde Washington busca reforzar su influencia económica.
La volatilidad cambiaria y financiera volvió a concentrar la atención del mercado en la cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas, bajo la mirada atenta del Tesoro de Estados Unidos y de las principales plazas internacionales.









