A partir del inicio de 2026 se habilitará una nueva etapa de oportunidades para equipos de investigación, instituciones científicas y startups tecnológicas de todo el país. La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) anunció que, desde el 2 de enero, quedarán disponibles diversas convocatorias diseñadas para promover iniciativas estratégicas capaces de generar resultados concretos en sectores productivos clave.
El lanzamiento fue aprobado por el Comité Directivo del organismo, que estableció un paquete de herramientas de alcance federal y un sistema de ventanilla abierta, pensado para facilitar la presentación continua de proyectos y garantizar evaluaciones periódicas.
Articulación de la ciencia con la producción
La nueva política de financiamiento busca generar prototipos validados en escenarios reales, además de promover innovaciones transferibles que fortalezcan sectores prioritarios. La Agencia subrayó que la vinculación con empresas ocupará un rol esencial y que cada iniciativa deberá demostrar impacto comprobable en capacidades tecnológicas, cadenas de valor o aplicaciones productivas.
El objetivo central es alinear la investigación con necesidades concretas del sector privado sin perder el componente creativo. Por eso, el organismo remarcó que los proyectos seleccionados deberán tener un potencial claro de transferencia y capacidad para convertir conocimiento en soluciones efectivas. En palabras de la Agencia, estas convocatorias apuntan a “promocionar la generación de conocimiento científico y tecnológico en pos del fortalecimiento del sector productivo”, con propuestas innovadoras cuyas aplicaciones puedan ser transferidas o implementadas por empresas.
Un esquema centrado en áreas estratégicas
El conjunto de instrumentos aprobado se dirige tanto a instituciones de investigación públicas y privadas sin fines de lucro como a empresas que participen como contraparte. Universidades, centros de investigación y fundaciones podrán presentar proyectos siempre que trabajen en conjunto con el sector privado y orientados a agroindustria, energía y minería, o salud, considerados ejes donde la innovación puede mejorar procesos, abrir nuevos mercados y aumentar la competitividad.
El financiamiento habilitará solicitudes por montos equivalentes en pesos de hasta USD 200.000, que cubrirán el 80% del proyecto, mientras que la contraparte privada deberá aportar el 20% restante. La modalidad de ventanilla abierta permitirá que las propuestas sean evaluadas de manera continua, adaptándose al ritmo de los equipos científicos y las empresas.
Los interesados deberán completar previamente el Registro de Potenciales Beneficiarios en el sitio de la Agencia I+D+i y luego presentar sus proyectos a través de la plataforma Trámites a Distancia. Las Bases, Condiciones y Anexos ya están disponibles, con requerimientos específicos según cada línea.
Una de las convocatorias destacadas es Apoyo a la Investigación Científica (AIC), que actualiza el esquema de los tradicionales Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica. Esta línea se orienta a investigación básica con enfoque productivo, fortalecimiento de cadenas de valor y desarrollo de capacidades tecnológicas. Conserva un financiamiento máximo de USD 200.000 y suma un componente clave: la articulación con empresas y la demostración de utilidad directa para la industria.
STARTUP 2025: el camino para llevar la ciencia al mercado
Otra novedad central del anuncio es el lanzamiento de STARTUP 2025, un paquete pensado para acompañar emprendimientos tecnológicos en distintas etapas de madurez, desde la prueba de concepto hasta la comercialización. La propuesta busca acelerar desarrollos surgidos en ámbitos científicos con potencial impacto económico.
La primera modalidad, STARTUP 2025 TRL 3-4, financiará hasta USD 150.000 en aportes no reembolsables para proyectos en etapas tempranas que requieran validaciones en laboratorio y pruebas de concepto. El objetivo es que los equipos alcancen prototipos iniciales susceptibles de protección intelectual.
La segunda modalidad, STARTUP 2025 TRL 5-6, ofrece hasta USD 250.000 en aportes reembolsables para iniciativas que ya superaron la fase de laboratorio y se encaminan hacia pruebas en entornos simulados. La devolución será del 120% en un plazo de 10 años, con tres años de gracia. Este tramo apunta a desarrollar prototipos avanzados y consolidar acuerdos de colaboración.
Para emprendimientos más avanzados se incorpora STARTUP 2025 TRL 7-9, orientado a empresas jóvenes con capacidad de escalamiento y fuerte componente innovador. Esta etapa financiará hasta USD 500.000 en aportes reembolsables que cubrirán el 70% del costo total. La devolución también será del 120% a 10 años, con tres años de gracia. La meta es lograr productos validados en entornos reales, definir estrategias de negocios y concretar acuerdos de transferencia.
Para participar, las startups deberán tener menos de siete años desde su creación en Argentina y demostrar potencial de impacto en cadenas de valor relevantes. El programa busca cubrir un punto crítico del desarrollo tecnológico: el salto desde el laboratorio hacia un producto competitivo en el mercado.

