El 12 de julio se conmemora en todo el país el Día Nacional de la Medicina Social, en reconocimiento a la figura del Dr. René Gerónimo Favaloro, nacido en 1923 en la ciudad de La Plata, y símbolo indiscutido del compromiso médico con la sociedad. La efeméride fue instituida por la Ley 25.598 en el año 2002, para destacar el valor de todos los profesionales que ejercen la medicina desde una perspectiva social y solidaria.
Favaloro no solo revolucionó la ciencia médica al introducir el bypass aortocoronario —una técnica que hoy salva millones de vidas en todo el mundo—, sino que fue un ejemplo de ética, humildad y compromiso social. Su paso por la medicina rural en Jacinto Aráuz, La Pampa, durante 12 años, marcó su vocación por atender a quienes más lo necesitaban, más allá de los grandes centros urbanos.
¿Qué es la medicina social y por qué es importante hoy?
La medicina social es una rama de la ciencia médica que estudia los factores sociales que influyen en la salud de las personas y promueve la implementación de políticas públicas para mejorar las condiciones de vida de la población. En un mundo donde las desigualdades en el acceso a la salud siguen siendo un desafío, el pensamiento y la práctica de Favaloro siguen siendo profundamente actuales.
En un contexto como el argentino, donde el sistema de salud enfrenta tensiones constantes, recordar a Favaloro es también reafirmar la necesidad de una medicina centrada en el ser humano, con enfoque preventivo, inclusivo y equitativo.
¿Quién fue René Favaloro?
Nacido en el barrio El Mondongo de La Plata, René Favaloro se formó como médico en el Hospital Policlínico de su ciudad natal. Luego ejerció en el interior del país, y más tarde se perfeccionó en la Cleveland Clinic de Estados Unidos, donde desarrolló la técnica del bypass coronario con uso de la vena safena.
De regreso en Argentina, fundó en 1975 la Fundación Favaloro, un espacio pionero que integró asistencia médica, investigación y educación. Su obra no solo fue médica, sino también ética y cultural: Favaloro defendió la educación pública, la investigación nacional y el compromiso colectivo como pilares fundamentales del sistema sanitario.
Hasta hoy, su técnica quirúrgica se aplica en cientos de miles de operaciones anuales en todo el mundo. Pero su mayor enseñanza sigue siendo que la medicina no debe perder nunca su dimensión humana y social.