El 8 de septiembre se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Alfabetización, fecha que viene ganando importancia desde que la ONU aprobara su conmemoración en el año 1965.
El objetivo de este día, es evaluar cómo ha mejorado la tasa de alfabetización de los países miembros, para el logro de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Aunque en un principio en este día solo se evaluaba la cantidad de personas que sabían leer y escribir, dentro del territorio nacional de cada país, a partir del año 2017, también se sumó la alfabetización digital, que no es otra cosa que la capacidad que tienen las personas para entender y usar de forma provechosa las nuevas tecnologías comunicacionales, como internet y la inteligencia digital.

Celebración del Día Internacional de la Alfabetización este 2025
Este año, el Día Internacional de la Alfabetización se celebra bajo el tema: “Promover la alfabetización en la era digital”.
La digitalización está transformando la forma en que aprendemos, vivimos, trabajamos y socializamos, con efectos tanto positivos como negativos, dependiendo de cómo nos relacionamos con ella. Si bien las herramientas digitales pueden ampliar las oportunidades de aprendizaje para los grupos marginados (incluidos los 739 millones de jóvenes y adultos que carecen de competencias básicas de alfabetización), este cambio digital también conlleva el riesgo de una doble marginación: exclusión tanto del aprendizaje tradicional como de los beneficios de la era digital.
La digitalización también plantea otras preocupaciones, como cuestiones de privacidad, vigilancia digital, sesgos reforzados, ética, consumo pasivo y efectos sobre el medio ambiente.
La alfabetización es clave para que estas transformaciones sean inclusivas, pertinentes y significativas. Más allá de leer y escribir en papel, la alfabetización en la era digital permite a las personas acceder, comprender, evaluar, crear, comunicar y participar en contenidos digitales de forma segura y adecuada. También es fundamental para fomentar el pensamiento crítico, identificar información confiable y desenvolverse en entornos informativos complejos.
Además, el Día Internacional de la Alfabetización busca destacar políticas e intervenciones eficaces que promueven la alfabetización como un bien común y un derecho humano, así como una herramienta para el empoderamiento y la transformación hacia sociedades más inclusivas, justas y sostenibles.
La mejor forma para celebrar el Día Internacional de la Alfabetización, es ayudando a otros a adquirir una nueva habilidad. Puede ser algo tan simple como enseñar a un niño las vocales, leer un cuento en la biblioteca de tu ciudad o subir un tutorial sobre algún programa que sepas usar muy bien a alguna plataforma popular para compartir lo que sabés.

La educación: la clave del futuro
Durante el mes de septiembre no solo es el Día de la Alfabetización sino también el regreso a las aulas en colegios, institutos y universidades. Padres, madres y estudiantes se preparan para la “vuelta al cole” pero, desgraciadamente, hay muchos niños y niñas que no van a tener esa oportunidad. Esto ocurre a pesar de que la educación es un derecho humano fundamental recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 y en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Un derecho que se vulnera cuando miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes no tienen acceso a la educación.
Y es importante recordar que las aulas son espacios seguros que ofrecen estabilidad, protección y dignidad a la infancia y juventud. La educación protege del trabajo infantil, el reclutamiento forzado de grupos armados, explotación sexual o matrimonio infantil, entre otros. Por otro lado, la educación empodera, ya que, permite adquirir conocimiento y habilidades que les ayudarán a llevar vidas productivas, plenas e independientes. Y por supuesto, la educación permite a las personas aprender de sí mismas y del mundo que les rodea.
Se puede decir que la alfabetización mejora la vida de las personas porque amplía sus capacidades y, por tanto, reduce la pobreza, aumenta la participación laboral y tiene efectos positivos en la salud y el desarrollo personal.

La educación en la población refugiada
A pesar de la importancia vital que tiene esto, no todos los niños y niñas tienen las mismas posibilidades y especialmente las personas refugiadas son las que más complicado tienen poder acceder a una educación de calidad. Según el Informe de Educación de ACNUR de 2024 el promedio de matriculación en la población refugiada del curso pasado antes de primaria es de un 37%, en primaria de un 65%, pero en secundaria el porcentaje cae hasta el 42%. Una cifra infinitamente más baja es el índice de matriculación en la educación terciaria, ya que solo es de un 7%. Estos datos muestran claramente que, según avanzan de edad, sea mucho más difícil que puedan continuar con sus estudios.
Las razones son múltiples y en cierta medida son las mismas por las que se convierten en personas desplazadas y refugiadas. Conflictos, persecución, hambruna y por supuesto, el cambio climático. Estas son las principales causas por las que muchas personas deben huir y, por tanto, muchos niños y niñas dejan de ir a la escuela.

Las niñas, las más vulnerables en la alfabetización
Según datos del último informe Education Cannot Wait (ECW), de un total de 224 millones de niños, niñas y adolescentes en edad escolar viviendo en contextos de crisis, el 32% de ellos, es decir 72 millones, están fuera de las escuelas.
Según este informe, estamos ante una “crisis educativa global de proporciones alarmantes” y, por eso, se pide que el 10% de los fondos de ayuda humanitaria se asignen a la educación en emergencias con una perspectiva de género. No podemos olvidar que las niñas y adolescentes son las que más barreras sufren a la hora de acceder a la educación y, por supuesto, completarla. De esos 72 millones de menores que están en situación de emergencia y que no van a la escuela, un 53% son niñas.
La situación de las niñas es mucho más compleja y especialmente para las que están en países en crisis, ya que solo van a recibir una media de 8,5 años de educación. Según el informe: “Para el año 2030, una de cada cinco niñas en estos contextos no tendrá la habilidad de leer una simple frase”.
Esta crisis educativa tiene múltiples causas que son principalmente los conflictos, las crisis económicas, la inseguridad alimentaria y los eventos meteorológicos extremos.
