A apenas 65 kilómetros de Buenos Aires y a poco más de una hora en auto, Bodega Gamboa derriba el mito de que los vinos de excelencia solo se producen en Mendoza o el noroeste argentino. Este viñedo, enclavado en el partido bonaerense de Campana, ofrece una experiencia enológica completa, con restaurante, visitas guiadas y actividades variadas que giran alrededor del mundo del vino.
Lejos de rutas colmadas y grandes centros turísticos, Gamboa propone un plan accesible y distinto. Rodeada por campos pampeanos y a la vera del Parque Nacional Ciervo de los Pantanos —antes Reserva Natural Otamendi—, la bodega equilibra la tranquilidad rural con la sofisticación de su oferta gastronómica y vitivinícola.
Para los porteños y residentes del área metropolitana, la escapada cobra sentido al saber que, partiendo desde CABA, es posible disfrutar de un día completo de turismo del vino sin invertir largas horas de viaje. El entorno verde, el canto de las aves y el silencio del campo se mezclan con el aroma de las barricas y el pan horneado en el restaurante.

La historia de la Bodega Gamboa
La saga de Gamboa arranca con el apellido materno de sus fundadores y una apasionada vocación por el campo. Inspirados por los primeros genoveses que llegaron en 1880 para plantar viñedos cercanos, los Gamboa eligieron un punto elevado de la llanura pampeana por su suelo arenoso y buena exposición solar. En euskera, “Gamboa” significa “por lo alto”, un guiño a esa búsqueda de altitud y excelencia.

Aunque su trayectoria vitivinícola formal es reciente, la primera cosecha íntegramente en Campana se celebró en 2021 con variedades Malbec, Cabernet Franc y Pinot Noir. Esa vendimia inicial se sumó a etiquetas mendocinas de la casa, como Semillón de La Consulta, Malbec-Petit Verdot y Roussanne-Viognier-Marsanne de Los Chacayes.
Donde queda la Bodega Gamboa en Buenos Aires
Gamboa se emplaza en el kilómetro 65 de la Ruta Nacional 9, dentro del partido de Campana. El viñedo limita con un área protegida de 50 hectáreas que alberga bosques nativos, lagunas y la riqueza ecológica del Parque Nacional Ciervo de los Pantanos. Allí conviven Malbec, Chardonnay, Riesling, Pinot Noir, Petit Verdot, Semillón y Marselán.
La finca se despliega en suaves lomadas, con vistas panorámicas al delta del Paraná y al río Luján. El microclima local, con influjo de brisas y noches frescas, resulta ideal para madurar uvas de expresión equilibrada y aromas complejos. La proximidad a Buenos Aires aporta un plus: un paisaje agreste que contrasta con la densidad urbana, pero a solo un paso del conurbano.
Qué hacer en la Bodega Gamboa
En el corazón de la propiedad funciona Casa Gamboa, un restaurante de estilo “family style” diseñado para 50 comensales en su salón principal y otros 140 en una amplia galería con vista a los viñedos. Un hogar a leña preside el salón, generando un ambiente cálido donde cada plato llega al centro de la mesa para compartir.

Existen dos menús: Origen, con preparaciones frescas y ligeras, y Terruño, pensado para acompañar carnes y verduras cocinadas a la leña. Tras los fogones se encuentra el chef irlandés Edward Holloway, con experiencia en Suiza y Argentina.
Además de disfrutar de la cocina local, los visitantes pueden recorrer los viñedos con guías especializados, participar en catas a ciegas, divertirse en juegos de blending y probar degustaciones premium. El restaurante abre únicamente los fines de semana y requiere reserva previa.
Cómo llegar la Bodega Gamboa
La forma más rápida es el auto particular: se toma la Ruta 9 hasta el km 65, cerca del Sofitel Cardales, y se continúa por un camino de tierra que bordea el complejo hotelero hasta la tranquera de la bodega. El trayecto total dura alrededor de una hora desde el centro porteño.

Para quienes prefieren el transporte público, la línea Mitre ramal Zárate ofrece dos estaciones cercanas: Río Luján (13 km del viñedo) y Otamendi (7,5 km). Desde cualquiera de ellas, se puede tomar un remis o taxi que cubra el tramo final por la ruta de ripio.
En menos tiempo del que lleva atravesar el conurbano, la bodega abre sus puertas a una experiencia completa: campo, vino, gastronomía y naturaleza. Un plan pensado para quienes buscan escapar sin emprender un viaje largo.