“¿En esta causa también deberán pasar 30 años? ¿Qué esperan? Si tienen impedimentos, ¡denúncienlos! El silencio es complicidad”. Con esa frase contundente, el presidente de la AMIA, Osvaldo Armoza, abrió el acto por el 31° aniversario del atentado contra la mutual judía. El reclamo estuvo dirigido al fiscal Eduardo Taiano y al juez Julián Ercolini, responsables de la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman.
La conmemoración, de la que participó el presidente Javier Milei junto a miembros de su gabinete, estuvo marcada por exigencias de justicia y una fuerte denuncia sobre la persistente impunidad en torno a uno de los hechos más trágicos de la historia argentina.
Armoza recordó: “Pasaron 31 años de una mañana que abrió las puertas a la noche más oscura. 31 años de un instante que cambió para siempre nuestras vidas y marcó con sangre inocente la historia de nuestro país”. El acto se desarrolló en el mismo sitio donde ocurrió el ataque, y contó con la presencia de familiares de las víctimas que levantaron carteles con los rostros de los fallecidos.
En su discurso, el titular de la AMIA reiteró que Irán fue “el máximo responsable por el atentado que asesinó a 85 inocentes y dejó más de 300 heridos”. Subrayó que la justicia argentina ya estableció la participación de las más altas autoridades iraníes en la planificación y ejecución del atentado, a través de Hezbollah, y que esa conclusión fue respaldada por Interpol, que mantiene vigentes las alertas rojas para los acusados.
Armoza mencionó el fallo de la Cámara Nacional de Casación Penal, que el año pasado ratificó la responsabilidad de Irán y Hezbollah en los ataques de 1992 y 1994. “Es crucial aprender del pasado y que nuestras autoridades tomen medidas para que nunca más suceda. El terrorismo está más activo que nunca”, afirmó.
Entre los principales implicados figuran Mohsen Rabbani, ex agregado cultural iraní, y Salman Raouf (El Reda), miembro de Hezbollah. Armoza denunció que Rabbani aún posee propiedades en Argentina y que Raouf es buscado por Estados Unidos. Llamó al gobierno argentino y al estadounidense a trabajar juntos para que Raouf sea llevado ante la justicia. También exigió a Líbano que extradite a los acusados si realmente desea la paz.
Uno de los ejes centrales del discurso fue la advertencia sobre la presencia iraní en la región. “Nos sigue preocupando la infiltración iraní en Latinoamérica, que se expande ante la ausencia de una respuesta seria y firme de los gobiernos regionales”, alertó. Recordó el caso del avión venezolano-iraní de 2022 y criticó el acuerdo militar entre Irán y Bolivia, instando a reforzar los controles fronterizos.
Armoza citó el dictamen de Nisman de 2013, que documentó la estructura terrorista de Irán y Hezbollah en América Latina. “El atentado contra la AMIA no puede ser comprendido como un hecho aislado. Debe entenderse a nivel regional, en el marco de una política sistemática de penetración cuidadosamente articulada desde Teherán”, sostuvo.
Pidió cooperación internacional seria y sostenida, intercambio de información, prevención y compromiso político. En ese sentido, reclamó que toda la región declare a Hezbollah como grupo terrorista, congele sus bienes e impida su expansión. A nivel nacional, pidió declarar terrorista a la Guardia Revolucionaria iraní y capacitaciones judiciales, además de una ley específica contra el terrorismo. “Argentina sigue con herramientas obsoletas”, lamentó.
El reclamo de justicia ocupó un lugar central. Armoza exigió respuestas sobre aspectos clave del ataque, como el origen del explosivo, el armado de la camioneta-bomba y los responsables directos. “Después de tanto tiempo, la incertidumbre en estos temas es INACEPTABLE”, enfatizó.
Pidió a los fiscales Basso y Miranda agotar todos los recursos y a las autoridades políticas el respaldo necesario. También criticó el estado de la documentación de la SIDE, hoy en custodia de la Fiscalía, almacenada en un edificio en condiciones deplorables. “Hablamos de contaminación de asbesto, inundaciones, peligros de derrumbe, aire tóxico y falta de ventilación”, denunció.
La crítica alcanzó al fiscal Ouviña por su lentitud en revisar los archivos. “Su pasividad es inaceptable. A este ritmo, pasarán otras tres décadas para ver resultados”, advirtió. Armoza también apeló a la Corte Suprema para que resuelva el recurso contra la absolución de Carlos Telleldín, último tenedor conocido de la camioneta-bomba.
La figura de Nisman tuvo un lugar especial. Armoza recordó su valentía y calificó su asesinato como “otra vergüenza nacional”. Su pregunta retórica “¿En esta causa también deberán pasar 30 años?” marcó uno de los momentos más tensos del acto.
Apoyó el pedido del juez Rafecas para aplicar la ley de juicio en ausencia al caso AMIA, aunque pidió cautela legal. Confió en que un futuro juicio oral demuestre ante el mundo la responsabilidad de Irán, Hezbollah y los fugitivos de la justicia argentina.
El contexto internacional también fue abordado. Armoza mencionó el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y el aumento global del antisemitismo. Criticó la falta de condena clara y el uso de la violencia antijudía como bandera ideológica, diferenciando entre legítimas críticas a Israel y expresiones antisemitas.
También exigió la liberación de los 50 rehenes que aún permanecen secuestrados por Hamás en Gaza. “No ha pasado un solo minuto en que no pensemos en ellos”, dijo.
En otro pasaje, valoró el apoyo del gobierno argentino a Israel tras el ataque de Hamás. “Celebramos que la República Argentina haya tomado la decisión de pararse en el lugar correcto de la historia”, expresó.
El acto cerró con un mensaje de resistencia y unidad. “Todavía no pudimos vencer a la impunidad, pero no nos derrotaron. No lograron callarnos. Seguiremos juntos y de pie. Porque en este lugar, hace 31 años, mataron a 85 personas… pero también, minutos después, cientos de voluntarios y profesionales se acercaron a ayudar. Afortunadamente, la solidaridad tampoco discrimina”, concluyó Armoza.