La gastronomía sostenible es un enfoque que considera todo el recorrido de los alimentos: desde su producción hasta su consumo. Promueve prácticas respetuosas con el medio ambiente, el bienestar animal y la salud humana. Es una forma de alimentación que reduce el desperdicio, apoya a comunidades locales y favorece la nutrición saludable.
En un contexto de crisis climática, deforestación, uso excesivo de recursos naturales y pérdida de biodiversidad, cómo comemos puede marcar la diferencia.
El rol de la ONU y la FAO
La ONU instauró esta efeméride para subrayar la importancia de la alimentación como motor de cambio. Por su parte, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) afirma que:
- El sistema alimentario global genera cerca de un tercio de los gases de efecto invernadero.
- Cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos.
- En América Latina, se pierde 1 de cada 5 alimentos antes de llegar al consumidor, muchas veces por su aspecto o fallas en la logística.
¿Por qué es importante en la actualidad?
Frente a los desafíos actuales, como el cambio climático, la inseguridad alimentaria y el agotamiento de los suelos, adoptar una alimentación sostenible se vuelve urgente.
Iniciativas como la “dieta planetaria”, diseñada por la Comisión EAT-Lancet, proponen patrones alimentarios que benefician tanto a la salud como al medio ambiente. Se basan en:
- Alta proporción de vegetales, legumbres y cereales integrales.
- Reducción del consumo de carnes rojas y alimentos ultraprocesados.
- Priorización de productos locales y de estación.
Beneficios clave de una alimentación sostenible
✅ Disminuye el uso de recursos naturales como agua y energía.
✅ Reduce la huella ecológica, las emisiones contaminantes y la deforestación.
✅ Apoya a economías regionales y protege las tradiciones culturales.
✅ Mejora la salud nutricional con alimentos frescos y menos aditivos.
✅ Promueve la conciencia ambiental desde el plato.
Conexión con el presente
En un mundo donde las decisiones diarias tienen impacto global, lo que comemos es también un acto político y ambiental. Elegir alimentos sostenibles, locales y de temporada no solo mejora nuestra salud, sino que también protege al planeta para las futuras generaciones.