Durante gran parte del siglo XX, el 12 de octubre fue conocido en América Latina como el “Día de la Raza”. El término se utilizaba para conmemorar la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492, y durante décadas estuvo asociado a una visión eurocéntrica de la historia, que ponía el acento en el “descubrimiento” del continente y en la expansión de la cultura europea sobre los pueblos originarios.
En la Argentina, ese sentido comenzó a ser revisado hacia fines del siglo XX, impulsado por organizaciones de derechos humanos, movimientos indígenas, académicos y educadores que cuestionaban la idea de “descubrimiento” y proponían una mirada crítica sobre el proceso de colonización.
Fue en 2010, mediante el Decreto 1584/2010, que el gobierno argentino cambió oficialmente la denominación del 12 de octubre, que pasó a llamarse “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”. El nuevo nombre busca promover la reflexión histórica y el diálogo intercultural, reconociendo los derechos de los pueblos originarios y el valor de todas las culturas que habitan el territorio argentino.
Un cambio simbólico y político
El cambio de denominación no fue meramente semántico: representó un paso importante en el reconocimiento del impacto que tuvo la conquista europea sobre las comunidades originarias. Pasar del “Día de la Raza” al “Día del Respeto a la Diversidad Cultural” implicó revisar la historia desde una mirada más justa e inclusiva.
El concepto de “diversidad cultural” pone en el centro la idea de que todas las culturas son igualmente valiosas, y que la convivencia armónica entre ellas se construye a partir del respeto y la igualdad de derechos. Este enfoque está en línea con los principios de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de la UNESCO (2001), que considera a la diversidad como “patrimonio común de la humanidad”.
Desde entonces, cada 12 de octubre se transformó en una oportunidad para visibilizar las culturas indígenas, reconocer las raíces afrodescendientes, valorar el aporte de las migraciones y promover políticas de inclusión que respeten las diferencias.

La diversidad cultural en la Argentina
La Argentina es un país profundamente diverso. En su territorio conviven más de 40 pueblos originarios reconocidos oficialmente, con lenguas, cosmovisiones, tradiciones y sistemas de organización propios. Entre ellos se destacan comunidades como los mapuches, qom, guaraníes, kollas, diaguitas, wichí, comechingones, pilagá, entre muchos otros.
A su vez, el país fue moldeado por sucesivas olas migratorias —principalmente europeas en los siglos XIX y XX, y más recientemente latinoamericanas y asiáticas— que aportaron nuevas costumbres, saberes, gastronomías y expresiones culturales.
Esta pluralidad se refleja en la vida cotidiana, en la música, la gastronomía, las fiestas populares, las lenguas, los modos de vestir y en las manifestaciones artísticas. La identidad argentina es, en esencia, el resultado de un encuentro constante de culturas, de un mestizaje que sigue en movimiento.

Pueblos originarios: memoria, resistencia y reconocimiento
El 12 de octubre también es una fecha de memoria y de lucha para las comunidades indígenas. En muchos puntos del país, organizaciones originarias realizan marchas, encuentros culturales y ceremonias tradicionales para reivindicar sus derechos y visibilizar sus reclamos históricos: el acceso a la tierra, el respeto a sus territorios ancestrales, la preservación de sus lenguas y el reconocimiento de sus autoridades.
A más de cinco siglos del inicio de la colonización, los pueblos originarios continúan defendiendo su identidad y su forma de vida frente a los avances del extractivismo, la marginación social y el desconocimiento institucional. El Día de la Diversidad Cultural es, para ellos, una oportunidad de reafirmar su existencia y exigir políticas públicas que garanticen su participación plena en la vida nacional.
12 de octubre, un día para celebrar y repensar
Aunque tiene un profundo contenido histórico y político, el 12 de octubre no es una fecha de duelo, sino de reencuentro y celebración. Es un día para reconocer que la riqueza de una sociedad radica en su diversidad, en la multiplicidad de miradas, lenguas, creencias y formas de entender el mundo.
Cada año, museos, universidades, centros culturales y municipios organizan festivales, ferias, muestras y actividades que promueven el intercambio entre comunidades. La gastronomía, la música y la danza se convierten en lenguajes universales que tienden puentes y fortalecen lazos.
Reflexionar, reconocer y respetar
El 12 de octubre nos recuerda que la historia no se detiene: sigue siendo escrita cada día por las comunidades que habitan el territorio y que mantienen vivas sus raíces. Reconocer el valor de la diversidad es también reconocer las heridas del pasado y trabajar para que no se repitan las desigualdades ni las injusticias.
La fecha invita a repensar el sentido de pertenencia, a mirar el mapa cultural argentino con otros ojos y a celebrar las múltiples formas en que los pueblos se expresan. En un país que se enorgullece de su mezcla y su creatividad, respetar la diversidad no es solo un deber histórico: es una manera de construir un futuro común más equitativo, libre y solidario.