El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, reiteró este martes que está dispuesto a promover una reforma legal que habilite la realización de nuevas elecciones en el país, siempre y cuando la comunidad internacional garantice la seguridad del proceso en medio de la guerra con Rusia. Sus declaraciones se producen luego de que el mandatario estadounidense Donald Trump acusara a Kiev de “valerse de la guerra” para evitar comicios, una crítica que elevó la presión sobre el liderazgo ucraniano mientras continúa vigente la ley marcial desde la invasión rusa del 24 de febrero de 2022.
Durante una intervención virtual ante la prensa, Zelensky subrayó que está “listo para las elecciones” y pidió a los legisladores que elaboren propuestas para modificar la normativa actual, que impide convocar comicios bajo el estado de ley marcial. “Espero las ideas de nuestros socios, las sugerencias de nuestros diputados, y estoy preparado para llamar a elecciones”, afirmó el jefe de Estado, de acuerdo con los medios ucranianos presentes en el encuentro.
El mandatario remarcó, no obstante, que cualquier avance depende de asegurar la protección del proceso. Solicitó explícitamente el respaldo de Estados Unidos y de los países europeos para hacer posible una votación en un contexto marcado por los combates en el Frente Oriental y los constantes ataques rusos con misiles y drones sobre varias ciudades.
“Pido ahora, y lo digo sin rodeos, que Estados Unidos me ayude. Con el acompañamiento de nuestros socios europeos podemos garantizar la seguridad necesaria para organizar elecciones. Si esto ocurre, Ucrania podrá celebrar comicios en un plazo de entre 60 y 90 días desde este momento”, señaló tras reunirse en Italia con la primera ministra Giorgia Meloni.
Sus afirmaciones se inscriben en el marco de la ley marcial vigente, que bloquea constitucionalmente cualquier elección nacional mientras continúe el conflicto. El mandato presidencial de Zelensky, iniciado en 2019, se prorrogó automáticamente el pasado 20 de mayo ante la imposibilidad legal de renovar las instituciones en tiempos de guerra.
En los últimos meses, tanto Zelensky como los principales referentes de los partidos ucranianos habían insistido en que, además de los obstáculos legales, la organización de una campaña electoral resultaría impracticable debido al riesgo permanente de ataques y a la movilización de cientos de miles de ciudadanos en el frente.
El debate resurgió con fuerza después de que Trump afirmara recientemente que “la administración Zelensky está utilizando la guerra para evitar elecciones”. Incluso añadió: “No sé quién ganaría, pero no se vota desde hace mucho tiempo. Se habla de democracia, pero llega un punto en el que ya no lo es”.
Paralelamente a esta discusión, Zelensky informó avances en las negociaciones orientadas a un eventual fin del conflicto. Explicó que el plan inicial diseñado por Estados Unidos para una solución de paz fue dividido en tres documentos: un acuerdo marco de 20 puntos, un texto con garantías de seguridad y un apartado centrado en la recuperación posguerra. “Estamos dialogando sobre estos documentos con los estadounidenses y ya hemos comenzado a hacerlo con los europeos”, detalló, anticipando que enviará una versión actualizada a Washington en los próximos días.
Respecto a la posibilidad de que Ucrania se integre a la OTAN, reconoció que la adhesión no es viable por ahora. Indicó que tanto Estados Unidos como otros miembros de la alianza “no ven a Ucrania en la OTAN en este momento”, aunque sostuvo que el objetivo permanece y que el gobierno evalúa el camino con realismo.
Mientras tanto, la situación humanitaria dentro del país continúa siendo crítica, con bombardeos diarios y desplazamientos constantes. El pedido de Kiev para que sus aliados garanticen condiciones mínimas de seguridad electoral plantea un desafío para la comunidad internacional, que busca apoyar la reconstrucción institucional de una nación aún inmersa en la guerra.
Las próximas semanas serán decisivas para saber si se alcanza un consenso político y técnico capaz de permitir la convocatoria a elecciones, en un escenario atravesado por la incertidumbre y la presión tanto interna como externa.
