La Iglesia denunció que vandalizaron la imagen de la Virgen de Luján que se encontraba en el barrio porteño de Liniers, dentro del Santuario de San Cayetano. La presentación fue realizada por el Padre Lucas Arguimbau, quien describió cómo encontraron la ermita ubicada en la avenida Juan B. Justo y Cuzco, justo en la esquina del templo.
La noticia generó sorpresa y preocupación entre los fieles y los vecinos durante la jornada de este domingo, coincidente con la conmemoración del Día de los Difuntos. Tras la misa de las 11, el comentario sobre el ataque se expandió rápidamente entre los presentes. “Una vecina nos trajo las manitos de la imagen de la Virgen de Luján que alguien atacó en la ermita de Juan B. Justo y Cuzco”, contó Arguimbau ante la comunidad. El hecho ocurrió en una intersección muy transitada, visible desde la avenida y a pocos metros de la comisaría comunal 9, en una zona con varias cámaras de seguridad.
El impacto fue aún mayor porque la figura dañada es uno de los símbolos religiosos más importantes del país. La imagen, que estaba resguardada en una ermita con rejas y un vidrio protector, era punto de encuentro habitual para los fieles, especialmente en fechas de devoción. La escena del daño, con los restos sobre la rampa de acceso entre los canteros y bajo la sombra de un arbusto Santa Rita, fue registrada en fotografías por el propio sacerdote, quien las presentó junto a la denuncia policial.
Al descubrir el ataque, el párroco, el vicario Guillermo Reale, un seminarista y tres laicos se acercaron al lugar para verificar lo sucedido. Bajo al menos cuatro cámaras de vigilancia y a pocos metros de la comisaría, encontraron el vidrio de la ermita roto y la imagen de la Virgen de Luján caída y destruida. Aunque el crucifijo de Jesús permanecía intacto, la figura de San Cayetano también había sido derribada dentro de la estructura.
Ante este panorama, Arguimbau formalizó la denuncia en la Comisaría 10 B, acompañado de los fragmentos recogidos tras el incidente. El sacerdote expresó su tristeza y preocupación por lo ocurrido, recordando antecedentes de hechos similares. “Otros años había ocurrido este tipo de ataques, pero no lo denunciamos. Esta vez es distinto porque rompieron el vidrio de frente, antes era en el vidrio de costado. Es otro nivel de ataque. Siento que nos declararon la guerra las fuerzas del mal”, afirmó uno de los testigos presentes.
A modo de reparación simbólica, el párroco realizó una breve ceremonia en el lugar. “Vamos a pedirle a Dios que vuelva a bendecir este lugar y pedimos especialmente por quienes se acercan al santuario. Por quienes rompieron la imagen de la Virgen, pedimos que nos bendiga, proteja nuestro barrio y nos conceda paz en el corazón, como hizo San Cayetano siempre, en las buenas y en las malas, sembrar el bien”, expresó Arguimbau antes de rociar agua bendita y rezar el Ave María.
La Virgen de Luján, proclamada patrona nacional por el Papa Pío XI en 1930, es objeto de devoción para millones de argentinos. Cada 8 de mayo, los fieles celebran su día como muestra de fe y unidad espiritual, trascendiendo credos para consolidarse como símbolo de identidad nacional. El ataque, repudiado por la comunidad religiosa, fue interpretado como un golpe al sentimiento de fe, pero también como una oportunidad para renovar el compromiso con la paz y la convivencia en el barrio.
Desde el Santuario de San Cayetano informaron que evaluarán medidas para reforzar la seguridad del espacio y analizarán los registros de las cámaras de vigilancia con el fin de colaborar en la identificación de los responsables del acto vandálico.
