Cada 4 de noviembre se recuerda la creación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), un organismo que nació con un propósito claro: promover la paz mediante la cooperación intelectual y cultural entre los pueblos.
En 1946, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, la humanidad comprendió que reconstruir ciudades no era suficiente; había que reconstruir ideas, valores y conciencia. Así nació la UNESCO, con sede en París, para garantizar que el conocimiento, la ciencia y la cultura se pusieran al servicio del entendimiento mutuo y la justicia.
Hoy, cuando los desafíos son digitales, ambientales y sociales, esta institución sigue siendo una brújula moral y práctica para el desarrollo sostenible.
Qué representa la UNESCO en el mundo actual
La UNESCO no es solo un sello en la lista del Patrimonio Mundial ni un organismo diplomático distante. Es una red viva de cooperación entre países, universidades, escuelas, artistas, científicos y periodistas. Su trabajo abarca cuatro pilares fundamentales:
1. Educación: el derecho que transforma
La UNESCO impulsa la educación como derecho humano básico. En un mundo donde la tecnología cambia a una velocidad vertiginosa, aprender ya no es un privilegio: es una herramienta de supervivencia.
Programas globales de alfabetización, educación inclusiva, acceso a la educación digital y formación docente son parte de su tarea cotidiana.
El organismo promueve además el aprendizaje a lo largo de toda la vida, la igualdad de género en la educación y la defensa de la educación pública como pilar de la democracia.
2. Ciencia: conocimiento compartido para el progreso
Desde la investigación sobre cambio climático hasta la ética de la inteligencia artificial, la UNESCO actúa como un puente entre la ciencia y la sociedad.
Su meta es que el conocimiento científico sea abierto, equitativo y orientado al bienestar colectivo, no a la concentración de poder o tecnología.
La ciencia, según su enfoque, debe ser un idioma común entre las naciones. No hay progreso real sin cooperación científica, sin intercambio de datos y sin ética en la innovación.
3. Cultura: memoria, identidad y creatividad
El área más visible de la UNESCO es, sin dudas, la cultural. Gestiona la Lista del Patrimonio Mundial, que incluye miles de sitios naturales y culturales de valor universal excepcional, desde ruinas milenarias hasta parques nacionales.
Pero también protege lo que no se ve: el patrimonio inmaterial, como danzas, lenguas, rituales, saberes populares y oficios tradicionales. Cada cultura preservada es una voz más en el coro de la humanidad.
4. Comunicación e información: libertad y responsabilidad
En tiempos de sobreinformación, noticias falsas y manipulación digital, la UNESCO defiende la libertad de expresión y el acceso a la información.
Promueve la alfabetización mediática y digital, el pluralismo de medios y la protección del periodismo independiente.
Sin información veraz, no hay educación de calidad ni participación democrática. Por eso, la UNESCO también impulsa marcos éticos para el uso de la inteligencia artificial y los datos personales.
Las mujeres representan más de dos tercios de los 750 millones de adultos de la población mundial que carecen de conocimientos básicos para poder leer y escribir. Representan también menos del 30% de los investigadores del mundo.
Por qué celebrar el Día de la UNESCO
Dedicar un día a la UNESCO es una oportunidad para recordar que la paz no se logra solo con diplomacia, sino con conocimiento compartido.
Cada año, esta fecha permite poner en agenda temas esenciales: educación inclusiva, libertad académica, acceso equitativo a la ciencia, respeto por la diversidad cultural y comunicación responsable.
Celebrarla implica reflexionar sobre cómo cada persona, institución o país puede contribuir. No se trata de una conmemoración simbólica, sino de una invitación a actuar.
Desafíos que enfrenta la UNESCO en 2025
La UNESCO trabaja sobre temas globales que requieren soluciones urgentes y coordinadas. Algunos de sus desafíos actuales incluyen:
- Desigualdad educativa: millones de niños y adultos aún carecen de acceso a una educación de calidad, especialmente en regiones rurales o de bajos recursos.
- Brecha digital: la tecnología puede ser una herramienta de inclusión o de exclusión, según cómo se gestione.
- Patrimonio en peligro: conflictos armados, cambio climático y urbanización descontrolada amenazan bienes culturales y naturales únicos.
- Desinformación y censura: la manipulación mediática debilita las democracias. La UNESCO promueve una ciudadanía informada y crítica.
- Sostenibilidad financiera: en tiempos de crisis económica global, sostener programas culturales y educativos requiere compromiso político y social.
UNESCO y América Latina: una alianza con futuro
En América Latina, los principios de la UNESCO encuentran terreno fértil. La región tiene una enorme riqueza cultural, natural y lingüística, pero también enfrenta desigualdades estructurales.
Proyectos de cooperación en educación intercultural bilingüe, protección del patrimonio, desarrollo científico y libertad de prensa son algunos ejemplos de su impacto.
Argentina participa activamente en programas regionales y cuenta con varios sitios declarados Patrimonio Mundial, entre ellos el Parque Nacional Los Glaciares, las Misiones Jesuíticas y la Quebrada de Humahuaca.
Celebrar este día es también una forma de valorar esa herencia y reforzar el compromiso con su preservación.
Cómo sumarse desde la sociedad civil
Cualquier persona o institución puede contribuir a los objetivos de la UNESCO desde su propio ámbito.
Algunas acciones concretas:
- Difundir conocimiento: crear contenido educativo, cultural o científico que promueva los valores de cooperación y diversidad.
- Apoyar el patrimonio local: rescatar historias, tradiciones o prácticas comunitarias que fortalezcan la identidad.
- Promover la educación inclusiva: involucrarse en proyectos de alfabetización o mentorías.
- Defender la libertad de prensa: valorar y proteger el periodismo responsable, especialmente en contextos de desinformación.
- Usar las redes con criterio: comunicar sin odio, con datos y respeto por la diversidad cultural.
Cada gesto cuenta. El mensaje de la UNESCO es simple: la paz comienza en la mente de las personas.
