Un nuevo incremento en los combustibles comienza a impactar en el bolsillo de los argentinos. Desde la medianoche del viernes, Puma Energy aplicó un aumento del 5% en sus precios, y fuentes del sector aseguran que Shell hará lo propio en las próximas horas. La causa: la escalada del barril de crudo Brent, que ya acumula una suba del 20% en junio.
Con este panorama, la atención está puesta en YPF, la petrolera de bandera, que todavía no definió si acompañará la suba. Su decisión es clave, ya que tiene una participación mayoritaria en el mercado y suele marcar el ritmo de los aumentos.
Desde el sector privado argumentan que los valores actuales muestran un rezago del 18% respecto a los costos reales, y que el margen de rentabilidad se achica cada semana. Las estaciones de servicio insisten en que es necesario actualizar los precios, aunque admiten que buscan hacerlo en forma escalonada para no generar fricciones con el gobierno nacional.
El Ejecutivo, por su parte, intenta evitar nuevas subas fuertes en un rubro tan sensible como los combustibles, en momentos en que la prioridad es seguir conteniendo la inflación.
Durante 2025, los precios de YPF tuvieron un ajuste moderado: solo 0,5% en el gasoil premium y 7% en la nafta súper en la Ciudad de Buenos Aires. Esta diferencia con el resto del mercado llevó a un aumento en las ventas de la compañía, aunque la presión sobre sus precios crece semana a semana.
Se espera que en las próximas horas YPF comunique su decisión, que podría definir si el aumento queda solo en manos de las privadas o se generaliza en todo el país.