Rusia ejecutó un nuevo ataque de gran escala contra Ucrania utilizando drones y misiles dirigidos principalmente a infraestructuras energéticas, una ofensiva que provocó al menos seis muertos y más de diez heridos en la capital, según datos del Ministerio de Energía y de la administración militar de Kiev. El bombardeo afectó zonas residenciales de varios distritos mientras continuaban las detonaciones durante las primeras horas del martes.
El Ministerio de Energía informó a través de sus redes sociales que “el ataque combinado masivo del enemigo contra instalaciones energéticas continúa”, aunque sin detallar inicialmente qué regiones estaban bajo fuego.
La administración de la capital confirmó víctimas fatales y daños provocados por los impactos contra instalaciones vinculadas al sistema eléctrico. El alcalde Vitali Klitschko precisó que el distrito de Sviatoshin fue uno de los puntos más castigados y que en Dárnitsia también se registraron destrozos.
Periodistas presentes en Kiev reportaron múltiples explosiones a lo largo de la noche y vieron a residentes correr hacia los refugios mientras sonaban las sirenas antiaéreas. La Fuerza Aérea emitió una alerta nacional tras detectar el despegue de bombarderos MiG-31 desde bases rusas, lo que anticipaba posibles ataques con misiles.
Horas después, y con equipos de emergencia aún combatiendo incendios y buscando víctimas, un nuevo lanzamiento de MiG-31 desencadenó otra advertencia por posible uso de misiles balísticos en todo el país.

En el distrito de Pecherskyi, varios edificios de múltiples plantas sufrieron daños e incendios. Uno de ellos, de 22 pisos, fue alcanzado en varios niveles, según indicó Klitschko. En Dniprovskyi, un edificio de nueve plantas se incendió, dejando dos fallecidos —una de las víctimas, una mujer de 86 años— y varios heridos, de acuerdo con el servicio de emergencias.
Al amanecer, Kiev volvió a quedar bajo alarma aérea ante nuevas amenazas de misiles hipersónicos Kinzhal. Klitschko informó que un edificio no residencial en Sviatoshynskyi resultó afectado y que podría haber personas atrapadas entre los escombros. Las autoridades locales confirmaron al menos dos heridos en ese distrito durante el ataque matutino.
Más allá de la capital, la ofensiva rusa también alcanzó viviendas en la provincia de Kiev. En Bila Tserkva, cuatro casas quedaron destruidas y un adolescente de 14 años sufrió heridas. Asimismo, se registró actividad aérea y explosiones en otras regiones, entre ellas Zaporizhia y Kharkiv.
El ataque coincidió con negociaciones diplomáticas clave. Representantes de Ucrania, Estados Unidos y países europeos trabajaban en Suiza en la revisión del plan de paz impulsado por Washington, tras las críticas al borrador inicial que exigía que Kiev cediera territorio, redujera su ejército y renunciara a integrarse en la OTAN. Tanto el gobierno ucraniano como sus aliados consideraron esas condiciones inaceptables.

Tras las reuniones, Estados Unidos y Ucrania difundieron una declaración conjunta anunciando un “marco de paz actualizado y perfeccionado”, en la que se remarcó que cualquier acuerdo debe respetar plenamente la soberanía ucraniana. La delegación de Kiev afirmó que el nuevo texto ya incorpora la mayoría de sus prioridades esenciales.
Sin embargo, el canciller alemán Friedrich Merz advirtió que alcanzar un acuerdo antes del 27 de noviembre —fecha límite fijada por Donald Trump— parecía improbable y describió el proceso como “largo y complejo”. Desde varios gobiernos de la Unión Europea se manifestaron inquietudes ante la posibilidad de resolver la guerra en términos cercanos a los exigidos por Moscú.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, rechazó las acusaciones de que Washington favoreciera a Rusia en las negociaciones. “La idea de que Estados Unidos no está trabajando de manera equitativa con ambas partes para terminar esta guerra es completamente falsa”, sostuvo.
Un alto funcionario estadounidense, bajo anonimato, señaló que Washington presionó a Kiev para considerar la propuesta, aunque negó que se hubiera amenazado explícitamente con retirar la ayuda. Aun así, Ucrania interpretó que esa opción estaba sobre la mesa.
Los países que integran la denominada “coalición de los dispuestos” programaron una videoconferencia para analizar el estado del borrador revisado, mientras los ataques nocturnos en ambos lados de la frontera intensificaban la tensión y añadían urgencia a un proceso negociador marcado por la violencia creciente.








