Rodrigo Paz Pereira ganó un histórico balotaje y puso fin a dos décadas del MAS en el poder en Bolivia

Con más del 54% de los votos, el candidato del Partido Demócrata Cristiano se impuso sobre Jorge “Tuto” Quiroga en la segunda vuelta presidencial. Asumirá el 8 de noviembre, marcando el inicio de una nueva etapa tras veinte años de hegemonía del Movimiento al Socialismo.

El candidato presidencial Rodrigo Paz habló ante sus seguidores durante el acto de cierre de su campaña previo a la segunda vuelta electoral, el miércoles 15 de octubre de 2025, en Tarija, Bolivia.Foto AP.

Después de semanas de una intensa campaña y de debates sobre el futuro económico y político del país, Bolivia eligió este domingo a su nuevo presidente. Los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmaron el triunfo del senador centrista Rodrigo Paz Pereira, quien asumirá el desafío de gobernar en medio de una profunda crisis económica y una sociedad polarizada.

Con el 97% de los votos escrutados, Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se impuso con 54,53% de los sufragios frente al 45,47% del exmandatario Jorge Quiroga (2001-2002), de la alianza Libre.

El primero en reaccionar fue Edmand Lara, candidato a vicepresidente, quien agradeció la confianza de los ciudadanos y envió un mensaje de unidad. “Hoy el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia para todos, llamo a la reconciliación de los bolivianos. Se acabó la campaña política, hay que trabajar por Bolivia, la patria está primero”, expresó.

Por su parte, Quiroga reconoció su derrota, felicitó al presidente electo y descartó cualquier sospecha de fraude. “Entiendo el dolor que nos embarga, pero si tuviéramos una evidencia sistémica (de fraude) la pondríamos sobre la mesa”, afirmó. Además, agradeció a su equipo y lamentó no poder hacer por el país “lo que Bolivia merece”.

Esta inédita segunda vuelta presidencial significó el fin de un ciclo político dominado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), que gobernó desde 2006 con Evo Morales y Luis Arce, salvo un año de interrupción. El frente oficialista había sido derrotado ya en la primera vuelta de agosto, donde apenas alcanzó el 3,1% de los votos.

Dentro de tres semanas, el presidente Luis Arce entregará el mando a un país en recesión, golpeado por el desplome de la industria de los hidrocarburos —su principal fuente de ingresos—, la escasez de combustible y una crisis cambiaria por la falta de dólares.

En este contexto, las propuestas económicas dominaron la campaña electoral. Paz centró su programa en la reducción del gasto público, la redistribución del presupuesto a favor de las regiones y una reforma tributaria bajo el lema de “capitalismo para todos”. A diferencia de su adversario, descartó acudir de inmediato a organismos financieros internacionales, apostando por una administración más eficiente: “Cuando no se roba, la plata alcanza”, aseguró.

El analista político Carlos Saavedra advirtió que el nuevo gobierno enfrentará una “emergencia económica” que relegará otros temas, como la reforma judicial. Además, alertó que la fragmentación parlamentaria será un obstáculo para lograr consensos, ya que ninguna fuerza política obtuvo mayoría absoluta y se requerirán acuerdos de dos tercios para aprobar reformas estructurales.

Con el anuncio de los resultados, Bolivia abre una nueva etapa política marcada por expectativas y desafíos. El presidente electo asumirá el 8 de noviembre en un escenario de alta polarización y deterioro económico, con la promesa de traducir su victoria en estabilidad, diálogo y soluciones a las demandas más urgentes del país.

El economista y senador tarijeño Rodrigo Paz Pereira, de 58 años, consolidó su triunfo con el 54,55% de los votos, según el 97,6% del recuento rápido del TSE, imponiéndose por nueve puntos sobre Jorge Quiroga, que alcanzó el 45,44%.

La jornada electoral, calificada por las autoridades como “tranquila y normal”, registró una alta participación ciudadana y fue considerada un hito democrático tras dos décadas de predominio de la izquierda.

El nuevo mandatario asumirá el cargo para el período 2025-2030, enfrentando una economía debilitada por la caída de las reservas internacionales, la falta de divisas, el déficit fiscal y la persistente escasez de combustibles.

Con su victoria, Rodrigo Paz marca el cierre de 20 años de hegemonía del MAS y el inicio de un capítulo político que promete renovación, consenso y reconstrucción en Bolivia.

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