Ozzy Osbourne, vocalista y figura insigne del heavy metal, murió pocos días después de su emotiva despedida en un escenario que compartió con los miembros originales de Black Sabbath. El concierto tuvo lugar en Villa Park, Birmingham, y fue la última vez que se lo vio frente al público. La familia del artista anunció su fallecimiento durante la noche del martes a través de un comunicado en el que detallaron que murió “rodeado de amor”. El mensaje, firmado por Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis, pidió respeto por la privacidad de la familia en este difícil momento.
“Con una tristeza mayor de la que las palabras pueden expresar, debemos informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estuvo acompañado de su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, expresa el comunicado compartido por los seres queridos del artista.
Conocido como el “Príncipe de las Tinieblas” por su presencia escénica y su conexión visceral con el público del metal, Ozzy interpretó cinco canciones durante su último show con Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward. El evento fue publicitado como “el mayor espectáculo de heavy metal de la historia”. En medio de la ovación del público, fue testigo incluso de un momento especial: la propuesta de matrimonio de Sid Wilson a su hija Kelly.
El músico ya había adelantado que aquella sería su despedida definitiva, tras revelar en 2020 que padecía Parkinson. Su retiro marcó el final de una carrera única, definida por la resiliencia, el estilo provocador y la constante reinvención.
Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham en 1948, Ozzy trabajó como obrero, fontanero y en un matadero tras dejar la escuela a los 15 años. En su adolescencia tuvo varios problemas legales, llegando a pasar dos meses en prisión por robo. Su destino cambió al inspirarse con la canción “She Loves You” de The Beatles en 1963, que lo empujó hacia la música.
Su primer proyecto fue con Geezer Butler en Rare Breed en 1967. Aunque breve, esta banda fue la antesala de Polka Tulk Blues, junto a Tony Iommi y Bill Ward. Eventualmente, este grupo se convirtió en Black Sabbath, revolucionando la música con guitarras distorsionadas, líricas oscuras y la potente voz de Osbourne.
El debut homónimo de Black Sabbath en 1970 los catapultó al estrellato, especialmente con temas como “Paranoid”. Sin embargo, los excesos y conflictos internos llevaron a la salida de Ozzy en 1978. Su separación también coincidió con el final de su matrimonio con Thelma Mayfair, madre de sus dos primeros hijos.
Al poco tiempo conoció a Sharon Arden, quien más tarde se convirtió en su esposa y mánager. Se casaron en Hawaii en 1982 y tuvieron tres hijos: Aimee, Kelly y Jack. Con el apoyo de Sharon y de su suegro, el mánager Don Arden, Ozzy lanzó su carrera solista.
El álbum Blizzard of Ozz (1980), con canciones como “Crazy Train”, obtuvo un éxito rotundo y consolidó su nuevo rol como solista. Momentos icónicos como morder la cabeza de un murciélago en vivo cimentaron su estatus de leyenda del rock.
En 1992 anunció su retiro, pero volvió en 1996 con el festival Ozzfest, creado por Sharon, que promovió bandas de metal por todo Estados Unidos y Europa. En 1999 regresó a Black Sabbath y ganaron el Grammy a Mejor Interpretación de Metal por “Iron Man”, premio que repitieron en 2013 con “God Is Dead?” del álbum 13.
La popularidad de Ozzy se expandió aún más en 2001 con el reality The Osbournes de MTV, que se convirtió en el más visto del canal y lanzó a la fama a sus hijos Jack y Kelly.
En sus últimos años, el músico enfrentó diversos problemas de salud, entre ellos el Parkinson. A pesar de ello, su influencia perduró gracias a su carisma y su legado musical, que marcó generaciones.
Ozzy Osbourne dejó una huella indeleble no solo en el heavy metal, sino en la cultura popular. Su vida, atravesada por la controversia, el éxito y la autenticidad, será recordada por millones de fans en todo el mundo.