La Fórmula 1 regresó a Singapur y dejó definido el campeonato de constructores mucho antes de lo previsto. McLaren, con un tercer puesto de Lando Norris y un cuarto lugar de Oscar Piastri, se aseguró su segundo título consecutivo a falta de seis fechas para el cierre de la temporada. El logro tiene un sabor especial: la última vez que la escudería británica había conseguido un bicampeonato había sido en 1991, con los legendarios Ayrton Senna y Alain Prost como protagonistas.

La carrera, sin embargo, no quedó en manos de McLaren. Fue dominio absoluto de Mercedes, con un George Russell impecable que lideró de punta a punta y conquistó su segundo Gran Premio del año, tras haber ganado en Canadá. El británico cruzó la meta con una ventaja de más de cinco segundos, en una actuación que combinó velocidad, consistencia y una estrategia sin fisuras del equipo alemán.

El podio lo completó Max Verstappen, que sigue sumando puntos valiosos y recortando distancias en el campeonato de pilotos, aunque sin poder alcanzar el ritmo de los McLaren. Actualmente, Piastri lidera con 336 puntos, seguido por Norris con 314 y Verstappen con 273. Detrás aparecen Russell (237), Leclerc (173) y Hamilton (125).

Colapinto, entre la ilusión y la frustración
La atención argentina estuvo puesta en Franco Colapinto, que partió 16º con su Alpine y mostró una largada impecable: ganó tres posiciones en las primeras curvas y se ubicó 13º, lo que abrió la ilusión de verlo pelear por los puntos. Pero otra vez la estrategia del equipo francés le cerró el camino.
Mientras la mayoría de los pilotos que habían salido con neumáticos blandos (rojos) optaron luego por los duros (blancos) para asegurar rendimiento hacia el final, Alpine sorprendió colocando compuestos medios (amarillos) en el auto del argentino. Esa decisión lo obligó a estirar demasiado su stint intermedio y lo dejó sin ritmo en las vueltas definitorias. El resultado fue el mismo de otras carreras: tras un prometedor ascenso hasta el 12º lugar, Colapinto se fue desinflando hasta terminar fuera de los puntos.
Lo más llamativo es que la elección no fue un error aislado, sino parte de un patrón que se repite. Alpine parece incapaz de sostener un plan competitivo o, al menos, de dar respuestas claras a pilotos y aficionados sobre decisiones que a simple vista lucen contraproducentes. En este contexto, la desconfianza crece: ¿hay un rumbo deportivo definido o solo se improvisa en cada carrera?
El panorama se completa con el mal desempeño de Pierre Gasly, que partió desde boxes y terminó 19º, confirmando que no se trata de un problema individual sino estructural.
“Fue una ilusión de 14 vueltas”, resumió el entorno de Colapinto, en una frase que refleja no solo la decepción de Singapur sino también la sensación de estar atrapado en un equipo que no encuentra rumbo y que compromete cualquier intento de protagonismo.
El caso Colapinto refleja un problema mayor dentro de Alpine: no se trata solo de un error aislado, sino de una constante que pone en duda la claridad del rumbo deportivo de la escudería. Cada decisión cuestionable limita las chances del argentino de mostrar todo su potencial y lo obliga a remar en escenarios desfavorables. Más que un problema de talento en pista, lo que se repite es una falta de coherencia estratégica que empieza a generar dudas sobre hasta dónde puede llegar el equipo si no logra ordenar sus ideas.







Una carrera exigente y un calendario que cruza de continente
El circuito urbano de Singapur volvió a mostrarse implacable: exigente, desgastante y con un factor estratégico clave. Incluso Lewis Hamilton padeció con el desgaste de frenos y neumáticos en las vueltas finales, a pesar de haber montado blandas en el cierre.
Con esta fecha, la Fórmula 1 se despide de Asia hasta 2026. Ahora se viene el tramo americano del calendario, con escenarios más tradicionales y menos callejeros, donde se espera mayor paridad y emoción.
Mirando a 2026: movimientos y rumores
Mientras el campeonato empieza a definirse, el mercado de pilotos y equipos no deja de moverse. Ya está confirmada la llegada de Cadillac para 2026, con Checo Pérez y Valtteri Bottas como pilotos. Red Bull, en tanto, podría sumar a Alex Albon a sus filas, en parte gracias al fuerte vínculo comercial con Tailandia, país del que es oriundo el piloto y donde un empresario controla la mayoría accionaria de la escudería asociada.
McLaren disfruta de su presente dorado, Mercedes saborea la recuperación de Russell y los fanáticos argentinos siguen soñando con que Colapinto pueda contar con un auto competitivo. La próxima parada será en América, donde se empezará a definir no solo el campeonato de pilotos, sino también el futuro inmediato de la categoría.