Lanús y Universidad de Chile protagonizaron un intenso y accidentado encuentro en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, que terminó 2-2 y dejó la semifinal de la Copa Sudamericana completamente abierta. El duelo se disputó a puertas cerradas, como parte de la sanción impuesta al conjunto trasandino, y no estuvo exento de polémicas ni de violencia, luego de que el micro que trasladaba al plantel argentino fuera apedreado en la previa.
El equipo argentino parecía encaminar una gran victoria en su visita a Santiago. Rodrigo Castillo fue la gran figura del primer tiempo: abrió el marcador con un golazo desde mitad de cancha y amplió la ventaja pocos minutos después, estableciendo el 2-0 con el que el Granate se fue al descanso.
Sin embargo, en el complemento, la historia cambió. Universidad de Chile reaccionó y descontó a los 17 minutos del segundo tiempo gracias a un error de Nahuel Losada que le permitió a Lucas Di Yorio marcar el 1-2. Desde allí, el local se adueñó del dominio y empujó hasta conseguir el empate.
El momento más controvertido llegó en el cierre: cuando corrían los minutos finales, el árbitro brasileño Anderson Daronco sancionó una mano de Agustín Cardozo dentro del área, una decisión que desató la furia de los jugadores de Lanús. Charles Aránguiz se hizo cargo del penal y lo transformó en gol, decretando el 2-2 definitivo en el minuto 53 del segundo tiempo.
El final fue caliente. Hubo fuertes reclamos, cruces entre los bancos de suplentes y varios amonestados en el conjunto argentino, entre ellos Losada, Izquierdoz, Bou, Carrera, Marcich y Pérez. Zielinski también realizó múltiples variantes en busca de sostener el resultado: ingresaron Méndez, Canelo, Bou, Ramírez y Muñoz.
Pese a los intentos finales del Granate, el marcador no se movió y la serie quedó completamente abierta de cara al desquite. La vuelta se jugará el jueves 30 de octubre en el estadio Ciudad de Lanús, desde las 19:00, donde el conjunto argentino buscará sellar el pasaje a la gran final del torneo continental.
